Vuelta de Córdoba 2014 (x Altas Cumbres) 5 días W&B

Gente, otro relato. Largo, pero hice un resúmen que pego antes para que no se coman todo si no pueden.

Les dejo un resúmen de lo hecho:

Día 1: Córdoba – Carlos Paz – Icho Cruz 60 Kms - Lago y Dique - Calor - Río - Algunas pendientes
Día 2: Icho Cruz – El Cóndor (Altas Cumbres) 40 Kms - Dificil - Lugares alucinantes - Tierra - Calor
Día 3: El Cóndor - Parque Nac. Quebrada del Condorito - El Cóndor 30kms - MTB a morir sin alforjas - Trekking. Que lugar.
Día 4: El Cóndor – Observatorio - Los Reartes - VGB 100 kms Tormenta - descenso - Colegio - Duro y chucrut
Día 5: VGB – Dique los Molinos – Alta Gracia – Córdoba 90 kms Lluvia - Hostel - 100 curvas y más lluvia

En total, aprox 330 kms subiendo a Altas Cumbres, en 5 días y más de 22 horas de pedaleo con alforjas. Hermoso viaje! Saludos!

Va el relato para el que tenga más tiempo:

Vuelta de Córdoba 2014 por Altas Cumbres (5 días)
por W&B

Arranco un relato un poco presionado. Presionado por el entusiasmo de compartirlo lo antes posible y de no caer en el olvido de preciados momentos, presionado porque en un comentario de estos días de otro relato me hicieron saber que era más fácil leer a Nietzsche. Y de paso, una cita de Fede: “Cuanto más nos elevamos más pequeños parecemos a quienes no saben volar”. Empecemos.

Este viaje arranca como todos, durante el anterior, pero siempre supongo. Cuando hicimos la costa de Uruguay en bici empezamos a pensar en Altas Cumbres. Yo lo tenía tatuado en el parietal izquierdo e insistí monotemático mucho con este viaje. Sentía que era hacer una especie de cima. Llegar arriba, mirar para atrás y lo hecho, o para adelante y pensar en un descenso vertiginoso, una caída libre.

Entonces en un primer momento había sido la idea de hacer 1 día de subida, otro de descenso. Pero eran pocos kms. Si bien el ascenso era de un día (40kms) el descenso iba a ser de 1 hora para hacer la misma distancia. Vamos a Merlo, ¿desde dónde? ¿Carlos Paz? ¿Y si salimos de Córdoba? Y los micros, horarios, embalajes y complicaciones. Y con algunos días de vacaciones pendientes y una familia que se la sigue bancando, armamos algo que sumó kms y lo hizo más desafiante, con la visita a un Parque Nacional, mucho turismo y una vuelta al lugar de partida que nos hacía el viaje más previsible en cuanto a tiempo al no depender de los transportes.

El recorrido quedó bien definitivo solo unas pocas semanas antes del viaje.
Día 1: Córdoba – Carlos Paz – Icho Cruz
Día 2: Icho Cruz – El Cóndor (Altas Cumbres)
Día 3: Parque Nac. Quebrada del Condorito
Día 4: El Cóndor – La Cumbrecita (por la Pampa de Achala)
Día 5: La Cumbrecita – VGB – Dique los Molinos – Alta Gracia – Córdoba

Esta era la idea, y siempre me gusta mucho recordar lo planeado y planificado con tanta información. Un Plan A. La realidad siempre mueve todo. Sobre todo cuando hay tormenta. El día 4 fue otra cosa. Era uno de los 2 puntos más difíciles del viaje, además de los 40kms de ascenso constantes hasta el Cóndor del segundo día. El llamado día D.

Leí todo lo que encontré. Paul menos embalado pero tirante con lo más importante. Una complementariedad que se banca todo. Un lindo promedio entre un sueño y una realidad, entre lo imposible y lo posible.

Los relatos son siempre a medida. Como son casi todos los que hacemos nosotros también. Supongo que eso es algo de condimento que uno le mete. Unique, Slim fit. El orgullo de estas cosas es grande, no lo podemos negar y entenderán de límites que se corren constantemente. La relatividad es tan absoluta que no soy capaz de juzgar nada, o más fácil valorar todo. (Paul Mc analizó esto y esbozó una teoría al respecto, irreproducible por su complejidad, pero dejando bien en claro que sin el condimento de lo personalísimo del evento, la cosa no camina bien en ningún aspecto)

Volviendo. (ya perdí el 50% de supuestos lectores seguramente) Los relatos leídos y gracias a Murphy como siempre son en el sentido inverso, no tienen la info que busco y si están colmados de sensaciones que aportan, pero se comienza con las comparaciones y lo que parece una fácil regla de 3 simple se convierte en una fórmula polinómica ultra-compleja y Einsteineana imposible de descifrar. (véase este ejemplo concreto para ilustrar: Si un tipo con rutera que agradece a su entrenador al final del relato, hace la trepada subiendo 1800mts en 40kms de distancia en 2,5 horas, yendo por la ruta asfáltica y hablando de pendientes que no cesan y de montañas que parecen crecer para decir que la cosa no fue facilonga, nosotros 2, siendo, creo, promedios de estados físicos, en mtb, rueda bien ancha y dibujada por Caloi, por el camino secundario y antiguo de tierra y con casi 15 kilos de alforjas c/u ….en cuanto? Imposible de saber, aún suponiendo que tengamos el doble de espíritu y de sostenida tolerancia al sufrimiento. Contacté a una persona que hizo el camino y que organiza descensos, “Deberían andar bien” me escribió. Me ayudó a pensar que no era imposible.

Bueno, así se fue armando todo, sabiendo que teníamos 2 días muy complicados. El 2do y el 4to. En la previa abusamos del Google Maps + Street view tanto que por un momento pensé en dejar algo para el viaje, pero nos daba la tranquilidad que los caminos estaban marcados y eran transitables. El camino que unía la Ruta de Altas Cumbres con, primero una escuela (Ceferino Namuncurá) y luego de ahí a la Cumbrecita fue nuestro gran desafío en cuanto a orientación. Cargamos muchos puntos en el Gps que íbamos a llevar, e investigamos opciones por si todo se complicaba.

Llegan la semana previa e investigué la escuela en el recorrido. Desolada, allá bien arriba donde la amplitud térmica castiga y te hace pensar en todo lo que tenés que llevar por si te agarra la noche. Te sacas todo, pero te pones todo otra vez. Bien cebollitas con todos los sentidos posibles. Y cuando uno se vuelve fanático con algo, y se obsesiona, ya sueña imaginando cosas. Posibilidades y asociaciones. Comunidades. Comunidad Rural, ONG, escuela, solidaridad. Me contacté con la ONG Red de Comunidades rurales, Facundo, matero viejo y le conté del viaje y que estábamos pasando por una escuela muy aislada en la Pampa de Achala. El me contó sus mil y una noches (que está de moda parece por estos días) y relatos salvajes (también) del Impenetrable del Chaco y se me estremeció el corazón. La rama solidaria me creció un poco. Sensibilidad o posibilidad de hacer pie en algo me abrió lo ojos. Así nació el contacto que espero podamos alimentarlo con una nueva pata en nuestros viajes, además de la aventura y la parte turística, también la solidaria.

El laburo de escritorio se movía entre mapas de otras posibles escuelas en el camino, algunas encuestas para hacer entre la comunidad rural de la zona y algunos útiles escolares que nos dieron para llevar y unas remeras de la Red. Sentía que llevábamos un sello esta vez para dejar marca. Nuevo condimento a la salsati. Ya estaba salado el tema. (Solo para mencionar, que días previos al viaje, y ante la ausencia de ciertos tramos en el street view del Google maps, les escribí a estos pibes para ofrecerles llevar la camarota en la espalda para los tramos….mmm….sabiendo que nunca iban a contestar, claro)

Almorzamos en casa y salimos para Córdoba el sábado 15 de nov de 2014, entrando a la capital con buen rock a lo Riff. Que sea rock. Arreglamos con el estacionamiento frente del Hostel “La Aldea” y nos hicimos de una buena habitación en el fondo, en un corredor interminable bien tipo chorizo, pasando entre holandeses, alemanes, brasileros y un iraní que oficiaba de conserje. Tipo chorizo, tipo asado también.. Bien salado en la esquina, recomendado y mucha achura. Ya teníamos la presión lista para la travesía.

Recuerdo que pesamos las bicis esa noche. Para hacerlo simple, eran 15+15, bike y equipaje, respectivamente. La inmortal Haro Turquoise Vector 2 un cachito más pesada, y una Triplex all inclusive que no era mucho más liviana. Atrás, llevábamos un bepi cada uno.

Domingo. Día 1. Córdoba – Carlos Paz – Icho Cruz. 60kms. Camino la Calera.

Y se marchó. Y a su bike la llamó…Libert.. Que himno que me grabó mi vieja en la cabeza con Perales. Partimos como Titanics ese domingo con destino a Icho Cruz, vía Carlos Paz por el camino de la Calera con ciertas dudas. Muy caluroso ya desde temprano. Parecía que Córdoba no terminaba y en cierto punto ya está pegado al lago San Roque. Muchos ciclistas entrenando y muchas pendientes también. El show de registros comenzó. La Gopro en el volante de la Haro, el celular mágico sin fin de Paul, la cámara de fotos y toda la memoria para registrar los momentos.

El calor pegaba duro ya entrando en la curvas hacia Carlos Paz. No teníamos en la cabeza un camino así el primer día. La pendiente y el caudal de autos nos enmudeció y en ciertos momentos necesitamos bajar de las bicis para remontar las curvas con mucha pendiente. No era mucho, pero el primer día era una entradita en calor. Eso pensábamos. Volvíamos a hidratarnos una y otra vez muy bien provistos. Arribamos al Dique San Roque y al “embudo” y paramos a cargar provisiones en un kiosco sobre la ruta. Rara tentación de un panchuli tuve. Pero..“Panchos los domingos no” me advirtieron. Asombrado por una visible falta de Business-Sensibility, tomamos y cargamos las botellas, en ese orden y de manera sistemática estandarizando un procedimiento que nos acompañará a lo largo y ancho de este viaje. Tomamos un poco y cargamos el resto, aprovechando cada gota en ese desierto cordobés.

Recorrimos la costa sur del lago y elegimos un resto de paso para comer. Ravioles de jyq x 2 con las bicis a la vista y un mozo que tenía data interesante de las Altas Cumbres para charlar un rato. Luego pasamos por los puentes y marcamos la llegada con la foto en un Cucú en mantenimiento. Paul conocía bien la salida de Carlos Peace rumbo a Icho, así que lo seguí por el centro y sus teatros colmados de carteles que te tapan el cielo. Las pendientes nunca volvieron a ser un problema grande pero lo plano, ya nunca lo volvimos a encontrar.

El cansancio laburó bastante al final producto, creo yo, fundamentalmente por el sol. Llegamos a Icho Cruz a las 15hs. Consulta en la entrada en unas habitaciones y llegando al río, dimos con un Hospedaje antiguo y cerca de la playita. Fuimos a pasar la tarde a los piletones y al río, más o menos profundo, pero colmado de gente de fin de semana. Agua fresca y como peces de otro estanque nos refrescamos y descansamos lo que pudimos preparando las piernas y mente sobre todo para el día complicado. Recuerdo una chocolatada y unas galles en una escalinata. Recorrimos, fuimos y volvimos hasta agarrar un poco de hambre las 4 cuadras de ripio del pueblo. Decidimos comer una pizza y volver a dormir a la hostería con grifería de los colonizadores. Me acosté pensando que la trepada al Dique había sido un avisito para el 2do día. No era joda. Nunca habíamos trepado así. Siempre llano y liso, roto o no, chato y parejo. Dormimos con un ojo en el despertador. El horario de salida para el segundo día era clave.

Córdoba-Carlos Paz-Icho Cruz (x Calera)
Recorrido total: 60 Kms
Tiempo Total: 6 horas (9 a 15 hs)
Tiempo Neto: 3:45
Av: 15,7 km/h

Lunes. Día 2. Icho Cruz – El Cóndor – Altas Cumbres (Camino de los puentes colgantes)

Día 2, “D” day. O por lo menos era supuestamente el día más difícil. 40km revisados y medidos mil veces desde el escritorio. Todo subida. Un “deberían andar bien” como aliciente condicional de un experto y organizamos todo para salir bien temprano y que nos dé el tiempo si lo teníamos que caminar todo. Los entrenamientos que hicimos fueron cuestas cortas de no más de 300 metros, bajábamos y volvimos a subir esos 300mts. Acá eran 40kms y un ángulo que cuando uno lo sueña con respeto pasa a ser una obsesión que generalmente se magnifica.

Scan matutino que más tarde explicaré y estábamos. Despertamos al dueño de la hostería a las 6AM para que nos dé las bebidas que dejamos en el congelador y partimos 6:30 cruzando la principal del pueblo una vez más. Ni bien tocamos la ruta, empezamos a bajar cambios. Los 40 kms estaban bien diferenciados en 3 tramos de 10 y 12 kms ambos x asfalto (2 desvíos a la derecha x Copina) y el último tramo de 17 kms x tierra. Y acá empiezan a jugar muchas sensaciones. El primer tramo, por momentos era una pared. Si bien era temprano, los micros cortaban la ruta y el ruido a fuerza que hacían daban cuenta de una cuesta en primera marcha. Había pequeños descansos pero fue en su gran mayoría subida. Llegamos así al primer desvío a Copina (recontra visto en Google y high emotion) 8:30, con un neto pedaleado de 1:15. Habíamos descansado mucho y caminado otro tanto con las bicis al costado. Desayuno incluido…ojo!. El sol pegaba y nos dimos cuenta que tuvimos que haber aprovechado más la mañana saliendo antes. Poco a poco entrábamos en la nada. Sierra ya, un camino de lujo, hermoso y con las cumbres siempre adelante. “Hasta ahí vamos?”…y si….teníamos que subir unos 1500mts. 15 cuadras en vertical…y quedaban 30kms. Estábamos físicamente bien y yo por adentro más tranquilo, había subestimado un poco nuestro potencial.

El 2do tramo fue el más liviano con un paisaje de lujo. Llegamos 10:30, hicimos los 12 km hasta el desvío por los puentes pedaleando 1:15 hs. Faltaba señalización en la salida del camino, pero no había mucha duda. Tenía que ser ese. Como salido de alguna película de Tolkien, en el triángulo que se armaba en la bifurcación había una casucha con muchas cosas tiradas alrededor y llegamos a ver algo de movimiento. Más que para confirmar, para ver si era posible ver vida en ese lugar, me acerco con la Go prendida para dar con algún Hobbit y me encontré con Bigfoot, el hombre de las cavernas o algún espécimen aún no hallado. Muchacho, unos 30 años con la barba clásica del despreocupado, vestido desde siempre con esa ropa y tratando de cortar cosas para matar el tiempo, simplemente responde a mi pregunta indicando el camino con su dedo, sin sorpresa, como acostumbrado a la pregunta. Con un poco de visión, un kiosco y asesoramiento turístico en esa zona tenía su propia empresita, no vendría mal para los 5 autos que cruzamos en el camino que seguía. Claro, no era rentable y él seguramente lo sabía o casi 100 de certeza que no le interesaba. Tenía la paz de su universo total, pero ahí arriba hermano, sin nada, uno no vive, sobrevive!

Ni bien tomamos el camino de tierra, nos cruza un auto que quiere confirmar su ruta. Un cliente más del muchacho. Y seguimos. Mucha tierra, sequía y calor. Cerca de las 11 habíamos tomado mucho y empezamos a racionalizar la bebida que quedaba. Habíamos salido con 3 botellas de 700cm + 1 botella de recarga de 1,5lts. Para ese momento quedaba menos de la mitad. Las barritas de cereal volaban y a los pocos kms dimos con un paraje, una estancia, con algo de arboleda y un poco de sombra en esa curva. Metimos geles por primera vez provistos por Racer (ya sale nuestro agradecimiento) y metimos más líquido. Primer gel=100 mielcitas de esas que comíamos cuando éramos chiquitos. Un kilo de azúcar hecho líquido. Desagradable.

Al final del paraje había una casucha que pasamos. Se nos ocurrió volver para ver si tenían agua. Generalmente soy yo quien tiene la tarea de meter hocico en lo nuevo o cuando hay que cerrar algo, negociar o tratar con gente. Son roles, son gustos. Paul Mc más de escritorio, celular y datos para la toma de decisiones. Ingreso tímidamente a la oscuridad por una puerta abierta. Paro el paso de golpe al sorprenderme con 3 personas sentadas en una mesa grande, pero solitaria en la inmensidad de esa casa fresca y vacía. Sorprendidos y sorprendido, todos por lo mismo supongo. Un encuentro inesperado de desconocidos en la nada misma. Me presento, les cuento el destino, y que quería comprar algo de bebida. Dije comprar porque realmente en ese instante, segundos, nada me cerraba de lo que tenía en la cabeza de opción. Toma la palabra el del medio, el que tenía un libro delante y que todo indicaba estaba leyendo a su público, otras 2 personas. Todos hombres de entre 30 y cuarenta años. No más. Meto la nariz con alguna pregunta para entender la situación. Era la Fundación Remar, en Copina. Ya de vuelta entendí que la ONG es bastante grande, cristiana y conocida en el país. Chicos en rehabilitación sin opción a algún tipo de tentación ahí arriba, solos con la Biblia sobre la mesa. Bajan cada tanto a alguna reunión y a aprovisionarse me contó y regalándome una botella grande de agua bien fría me despido de ellos, muy sorprendido y más agradecido. A pocos metros del paraje, cruzamos el primer puente colgante. Encontramos una hermosa caída de agua en una pared al costado izquierdo de la ruta formando un pozón de agua clara y fresca. Era para un baño a esta altura. Nos refrescamos largo y tendido y aprovechamos para una sesión de fotos. A los pocos kms de allí pararíamos para hacer el almuerzo. Eran las 11:30 y el sol evaporaba cada rastro de sudor.

La vegetación de la zona es muy baja, compuesta principalmente por arbustos espinosos y mucho pajonal. Las piedras llenan el resto. Sin embargo, encontrar una roca que nos de buena sombra con el sol arriba iba a ser muy complicado. Decidimos parar entonces en un especie de albergue de paso, tipo de montaña que vimos. Telas sucias, botellas vacías, pajas que hicieron seguramente de colchón y mucho olor fue lo que encontramos en su interior. Aprovechamos la franja de sombra de un costado y que nos fue corriendo con el movimiento del sol. Era una prueba de fuego. Nos habíamos equipado para hacer la comida en carpa y nos pusimos los delantales de cocineros. Primer plato: pasas de uva con almendras acompañados con galletitas con paté de fuáaaaa…hígado para tout le monde y mes amis, bien francés y exquisitos. El principal, bien calentadito con el cartucho y el mecherito que tanto nos costó conseguir, unas municiones, especie de consomé difícil de revolver con cuchara con crotouns y pescado del día…..bue…sopa con municiones, atún y pan. Nada para quejarse. Descansamos jugando a movernos a la sombra y haciendo asientos con las piedras puntiagudas del lugar, difíciles de combinar para que queden cómodos. Incómodos como la pareja de pajaritos ofuscados por nuestro acampe en el lugar de su nido. Grabamos unos buenos videos en el nido de los pajaritos.

Y el viaje continuó 13:30. No entendimos mucho eso de la necesidad de refugiarnos, y salimos a las 13:30 de vuelta, pero la escasez de sombra y sobre todo la ansiedad metieron la cola. Y los puentes siguieron apareciendo, contamos como 5. Generalmente venían los puentes y unos metros después una cascada. Lógico y lugares hermosos y desolados. Agua de vertiente que nos animamos a potabilizar durante el viaje. Acompañó a este camino en su mayor parte del recorrido un inmenso valle a la derecha que permitía ver mucho. Carlos Paz y el lago….yendo cada vez más arriba, a lo lejos hasta Córdoba capital supusimos. Una antena a lo lejos nos mostraba el camino a la cima. Algo había leído al respecto y que no había que subestimar lo que quedaba al verla. Se veía de muy lejos y el camino para arriba era una serpentina que parecía no terminar más. Un último descanso en un mirador rocoso al valle y seguimos pedaleando o caminando a empujones dependiendo de la pendiente. Vimos la ruta bien cerca por primera vez, pasamos por el frente de un Hotel en construcción ¿abandonado? pensado alojarnos y pasar la noche ahí si no conseguíamos nada mejor y tomamos a continuación un atajo a la izquierda que salía al Parador El Cóndor directamente. Estaba en agenda.

Eran las 16:45. El 3er tramo de 17kms lo hicimos en 2:20 de pedaleo netos. Entre foto y emoción, ingreso al parador y sorpresa, y particularmente entre mucho suspenso en confirmarnos la posibilidad, nos alojamos en una habitación con baño. Elegimos agua caliente como si fuera vista al mar. Al día siguiente tocaba el Parque Nacional Quebrada del Condorito PNQC. Día de descanso. Una ingenuidad tan inmensa como el mismísimo paisaje.

Icho Cruz – Copina – El Cóndor (x camino de los Puentes Colgantes)
Recorrido total: 40 Kms
Tiempo Total: 10 horas aprox (630 a 1645 hs)
Tiempo Neto: 4:50
Av: 8 km/h (promedio entre los 3 tramos y la parte que caminamos)


Martes. Día 3. El Cóndor – PNQC – El Cóndor

Me despierto y me escaneo. Cada día lo mismo. Me despierto, escaneo y me digo…la verdad no estoy tan mal. El “¿cómo estás Paul?” es el 2do paso de un proceso de evaluación sistemático desde el primer viaje. Creo que bien fue una respuesta recurrente de unas piernas que sufren un poco más que las mías por lo que parece ser una especie de falta de economía de esfuerzo racional, denominado también “rusticidad”. Amaneció bien despejado y fresco. Desayunamos en el parador a las 8:30, cargamos una mochila con lo indispensable para pasar el día en el PNQC, el kit de reparación básico por alguna pinchadura y algunos papeles de la Red de Comunidades Rurales por si nos permitían cruzar por un sendero hasta la escuela Rural Ing. Pagliari. Disfrutamos un hermoso descenso (volviendo) por la ruta de 6 kms que vio nuestro record de velocidad en el viaje de 62 km/h. Después había que volver. No festejemos tanto.
Curiosa fue la charla con el guarda-parque al ingresar. Por un lado nos aconseja a hacer parte del recorrido en bici para hacerlo más rápido, luego de advertirnos que para pasar muchos lugares se necesitaba un carnet de manejo técnico Proexpert mtb que claramente no teníamos. Pero la verdad, con un “te bajás y caminás” solucionás todo. No era para tanto y lo disfrutamos un montón. Además se le consultó por el sendero a la escuela y nos dijo que era para gente del Parque solamente. No estaba permitido a los turistas por los riesgos. Nuestro speech pareció ser lo contundente y necesario para ablandarlo e indicarnos como debíamos hacer para llegar hasta allá. No se podía acceder en bici. Había que caminarlo y decidimos entonces hacerlo luego de visitar los balcones Norte y Sur de la Quebrada y de paso podíamos almorzar en un parador cerca de la escuela, sobre la ruta. Teníamos que estar antes de las 15hs.

Pedaleamos luego de la instrucción y rápidamente nos perdimos. Llegamos a un punto donde los alambrados nos rodeaban por completo. El gps no ayudaba, no encontrábamos gente para consultar si bien estábamos justo perdidos cerca del campamento base del parque. Teníamos que volver y consultar o jugárnosla por algún camino que intuyéramos. Yo era más de la idea de seguir el curso del río, calculando que seguía a la quebrada. Paul, acertadamente no quería aventurarse más y al cabo de un rato largo de subirnos a piedras grandes y altas para ver si entendíamos algo, decidimos volver. Al regreso dimos con el cartel del desvío y nos metimos a pedalear. Fueron unos 10kms aprox dentro del parque, con todo. Pasto, piedras chicas, grandes, descensos y trepadas cortas realmente complicados de piedras que exigían mucha técnica y destreza. Las bikes lo sentían pero las llevamos bien. No apto para cicloturistas. De alguna forma llegamos a la puerta al sendero donde debíamos dejar las bikes y seguir a pie. Las dejamos tiradas y bajamos una quebrada hasta el río Condorito que nos dejó bastante cansados. Eran 500mts de descenso, calor y hambre a esta altura. Habíamos olvidado cargar comida para el día. No es que haya sido mala idea. No lo fue. Fue olvido realmente. Acampamos en una roca en el río, y entre potabilizaciones varias, decido seguir hasta la Quebrada del Condorito. La visita a la escuela había quedado lejos ya. Estábamos pasado el mediodía. Paul Mc estaba muy cansado y rechaza mi idea de subir al observatorio. Latidos en las piernas. Síntoma de un agotamiento acañonado. El corazón entendió de exigencias y mandó toda la sangre ahí, donde duele. Y comienza un malestar general. Era duro. Había que subir 500mts para luego bajar y volver (volver era subir la que habíamos bajado) Comprensible, su inseparable celular, su cansancio, la frescura del río y la sombra del puente que había eran más tentadores que subir, luchando con el calor y el sol, las venenosas y gigantes serpientes con las que iba a tener que pelear y sobre todo, el temor a perderme en el trekking. Los senderos nos estaban muy marcados y se notaba que en la temporada no habían pasado muchos turistas todavía.
Mientras decidíamos vemos a un muchacho, como perdido, como viviendo en el parque hace años que se nos acerca. Era el que tenía esa carpa rosa que vió Paul cerca de un pastizal. Era lo único con vida por esos lugares, excepto esas serpientes asesinas y los cóndores sobrevolando esperando la carroña, exagerando solo un poco. El muchacho se notó un poco extenuado, mucha temperatura y mencionó haberla pasado bastante mal con los vientos de la noche. Llego a buen ritmo a la cima en un trekking nivel “complicado”, corto pero empinadito nomás. Escalonado en muchos lugares. Una vista increíble que no difería mucho de otras pero que también era única. Quebrada inmensa con muchos cóndores volando a diferentes alturas, por debajo del nivel del observatorio, al mismo nivel y por encima. Éstos haciendo unas sombras que pasaban cerca de donde estaba yo, sombras enormes, como planeadores generando un clima extraño. Entre admiración y sorpresa, respeto y serenidad. El viento ahí arriba me movía y luego de un rato de intentar guardar esos momentos para siempre decido bajar para levantar a Paul. Las serpientes no aparecieron y los cóndores no tuvieron su comida. Pero cada ruido en el medio de la montaña gozaba de todo mi respecto. Mojaba mi nuca en cada hilo de agua que cruzaba. Me sentía Indiana Jones pero porque sabía que tenía que caminar solo 45 minutos con un silbato a cuestas.

Abajo ya, encuentro a Paul cuasi-dormido, cerca de 2 grupos de personas, como en un harem europeo. Había naturalidad en sus expresiones y también en algún nudismo, opto por meterme en el río para refrescarme en calzoncillos, a lo argento. Y volvimos, subiendo los escalones de esos 500mts, tomamos las bikes, hicimos los 10kms nuevamente, encontrando otro paisaje completamente diferente. Pudimos apreciar a una distancia indescifrable el Dique los Molinos. Pasamos a saludar y dejarle el material al guardaparque para el colegio que no pudimos visitar. Buena clase de serpientes venenosas nos dio para el recuerdo. “Una cascabel que te da tiempo para probar el antídoto, una yarará que te da tiempo para llevarte al hospital más cercano y una coral que se trata de ver que se puede hacer pero es difícil contar lo lindo del Parque si te encontrás con alguna” Por suerte ya estábamos volviendo….y si….teníamos que subir los 6 kms nuevamente a El Cóndor. Durísimo regreso y sin equipaje. Por la noche, un amistoso Argentina – Portugal. El grupo electrógeno anduvo hasta la finalización del partido. 22hs. Después la oscuridad de noche y el preámbulo de una noche tormentosa.


El Cóndor – PNQC – El Cóndor (x Ruta y x senderos del Parque)
Recorrido total: 31 Kms
Tiempo Neto: 3:06
Av: 10,1 km/h
Record del Velocidad del viaje: 62km/h

Miércoles. Día 4. El Cóndor – Observatorio - San Clemente – Dique – Los Reartes – VGB

Me despierto a las 4 de la madrugada. Mucho viento y algunas gotas comenzaban a caer. La preocupación me estaba desbordando. Teníamos que cruzar la Pampa de Achala, camino a la Cumbrecita ese día en nuestro plan original y no podíamos tener ningún mínimo problema climático ahí arriba. No recuerdo haber podido dormir más. A partir de las 4 y piquito se larga un terrible temporal, con mucho viento y lindo caudal de agua. Me asomo para ver la intensidad de la tormenta abriendo la puerta placa de la entrada, y quedó estupefacto. La oscuridad absoluta se cortaba con los rayos y permitían observar por segundos las siluetas de las sierras y la desolación de las Altas Cumbres. La preocupación me invadió y no pude evitar con mis movimientos despertar a Paul, que estaba bastante más tranquilo que yo. ¿Qué hubiera pasado si no encontrábamos refugio y nos agarraba esto en carpa? Que suerte que se volvió el pibe del Parque!! Mamá, esta tormenta ahí arriba no era poca cosa, aunque estábamos bajo techo. Chapita y cuatro paredes. Power of Mother Nature!!!!

Necesitaba que Paul me confirme que teníamos que cambiar el recorrido. No se veía algo pasajero, ya eran las 6AM y lo que había caído permitía pensar que las vertientes y los ríos podían tener otro nivel y los caminos quizás intransitables. No podíamos pensar en tratar de hacer el camino previsto. Era riesgoso. Y mi amigo confirmó lo que quería escuchar. Una mezcla de tristeza y alivio. Paró finalmente de llover, muy tranquilos desayunamos ya con la decisión tomada, armamos las cosas y a las 9:20 partimos para VGB por el otro camino. Por ruta.

Hicimos la primera parada en el colegio Ing. Pagliari, que nos quedaba de paso hoy. La próxima será Ceferino!! Me quedé con un nudo en la garganta por no poder hacer ese camino que tanto habíamos estudiado para orientarnos bien. La escuela tenía la visita de un contingente de turistas que me sorprendió, aprovechan a hacer preguntas turísticas y luego los chicos venden algún que otro material hecho con sus manitos. Esperamos que termine la charla, nos presentamos ante Daniel Díaz, su director, y nos invita a pasar al comedor a charlar tranquilos. El ambiente era de pura tranquilidad, sin recreos, sin horarios de clase. Esas pausas eran parte de las clases, inclusive las visitas de gente de las grandes ciudades. Daniel contestó la encuesta que teníamos de la Red de Comunidades, registramos el lugar, una cancha de fulbito con una línea lateral a una quebradita y que no se vaya la bocha, una linda huerta y la foto con la gente nos acarició el corazón y nos dio ánimo para lo que seguía. Todo bajada? Maso.

Hasta el desvío a la derecha de la 40 fue todo descenso. Se disfruta mucho el descenso, permite tener tiempo y energía para los paisajes, que fueron y serán alucinantes. Todavía quedaban algunas nubes, pero el cielo empezó a limpiarse. Necesitaba que Paul me dijera cada tanto que la decisión que habíamos tomado había sido la correcta. El arrepentimiento comenzó a invadirme. ¿Cuándo volvería por ese camino que tanto me desveló? Cruzamos el Río de la Suela varias veces. La ruta y el río vivorateaban con amor-odio a lo largo del camino. Fue entonces cuando paramos a almorzar bajo un gran puente, aprovechando la sombra que daba y fue nuestra despedida al Río de la Suela, que venía de bien arriba. Un segundo menú campingneano, con muy pocas variantes comparado con el primero, agotando las provisiones y potabilizando un agua algo turbia y con mucha piedrita. Nos refrescamos bien. Buena parada.

El paso por un pueblito “San Clemente” fue todo una sorpresa. Un pueblo muy pintoresco y para nosotros desconocido. Era tiempo de merienda y de comprar ciertas provisiones para lo que quedaba. Dimos con un almacén con un caballo de mascota. No recuerdo la serie del caballo que hablaba pero Paul seguro que si. Leche choco espesa y genérica, las galles bajo un techo de chapa y mucho calor. Duro y duro lo que quedaba.

Llegamos entonces al lago y todavía quedaban unos 30kms aprox. Bicho va, un escorpión, bicho viene con nosotros, un doberman que nos siguió sin exagerar unos 5 kms. A Paul lo noté, además de cansado como yo, ya pasado, preocupado por la luz y algo fastidioso. Con esas ganas de llegar que meten un ritmo vertiginoso y a mi entender contraproducente. Yo necesitaba la economía de mi ritmo y opté por dejarlo ir adelante, ya perdido de mi visual, pero con una única ruta sin posibilidad de perdernos. Bordeamos el lago con un lindo paisaje y me detuve a tomar un par de fotos en los Reartes (pintó recuerdo de un viaje con mi chica muchos años atrás) Nos encontramos finalmente en la rotonda de la entrada a la Villa, cansados y con la colita mocha. Eran las 20hs y la luz se estaba apagando. Pasamos por la casa de turismo para algún consejo, y terminamos en el hostel que teníamos en mente. Hostel VGB. No podía ser de otra manera. Mío Descompost en la entrada, linda recepción y tomamos una habitación compartida con un baño que necesitó de un tapón en la canilla para que salga el agua por la ducha. Ingeniería Holes, su descubrimiento y su parche. Salchicha, chucrut, un celular que no le daba tregua y un hasta mañana fueron el cierre de un día largo, duro y alucinante.


El Cóndor – Escuela – Observatorio – San Clemente – Lago – Los Reartes – Villa General Belgrano (xRuta)

Recorrido total: 104 Kms
Tiempo Total: 10:30 (con 3 paradas largas)
Tiempo Neto: 5:50
Av: 17,7 km/h
Record del Velocidad del viaje: 62km/h (Ni un punto más. La misma velocidad del día anterior. Triste)


Jueves. Día 5. VGB – Dique los Molinos – Alta Gracia – Córdoba ( x camino de las 100 curvas y Ruta 5)

Amaneció con lluvia y bancamos un desayuno en el comedor del hostel con chimangos hambrientos en el parque y un supuesto dueño del lugar contando historias de viajero intrépidos. Nunca le sacamos bien la ficha pero el pibe sabía.

Hay espacio para hablar de la noche. Me enteré tarde, no la viví como mi compañero, que la padeció sintiendo cada uno de los rugidos desaforados de una cama vecina. Sonidos provenientes de sus entrañas y que salían por atrás. Sonidos volcánicos que no lo dejaron descansar en paz. Me reí mucho de este triste evento, capaz de anexar un breve relato a este para describir la pesadilla. Será cuestión que lo cuente con sus propias palabras, fuera del horario de protección al menor. Los encontramos en el desayuno y entre preguntas, uno de ellos (no el gasista, el otro) me habló de que el camino que íbamos a hacer se llamaba “el camino de las 100 curvas, y me la pinto de un millón. Con pendientes imposibles. Ya estábamos en el baile, nos preocupó un poco, pero no había mucho para cambiar. Compramos unas bolsas de residuos para embalar las cosas y salimos con una llovizna molesta pero no imposible a las 11hs. Le dimos aire a una rueda de la Triplex y de paso consultamos a gente de la bicicletería sobre el camino. Nos dieron tranquilidad. Personalmente me dieron la data que necesitaba. Hasta Alta Gracia, 1 hora con rutera, 2 horas en MTB sin alforjas. Podíamos tardar 3hs pensamos y nos relajamos.

Con esa misma llovizna pasamos Va la Merced y allí arrancaban los 6ms de curvas. Eran curvas, casi todo en bajada. Alguna que otra subidita, pero eran curvas no pendientes y el camino estaba buenísimo. Curvita va, curvita viene, ojo con la velocidad y los frenos con la lluvia y los surcos en el asfalto de los bondis. La temperatura comienza a bajar y la velocidad de las largas bajadas nos hacía sentir el frío. Se larga un chaparrón en medio de un largo descenso y encontramos un improvisado refugio en una parada de micros. Descansamos, esperamos que pase un poco la lluvia densa y salimos nuevamente. Llegamos a Alta Gracia a las 15hs, como pudimos, muertos de frío, especialmente yo. Una YPF nos dio algo calentito, e intentamos secarnos algo en el secamanos. Al lado, justo al lado, encontramos un oasis. Una pizzería básicamente delivery, con un par de mesitas improvisadas. Hicimos un desastre, mojamos todo pero recuperamos la temperatura del cuerpo y nos llenamos bien de calzones, empanadas y la infaltable Coke. La chica que tan bien nos atendió no paró de reírse, de nuestro estado, de lo que comimos.

Lo que viene, con o sin lluvia, con “Run like Hell” de rosa fue el tramo de Alta Gracia a Córdoba tomando la 5, con el envión de la llegada, las ganas de terminar con la lluvia y un viento que parece nos empujaba. Rodamos a un promedio de 30kms/h el último tramo. Entramos a la ciudad, llegamos al estacionamiento, nos secamos y nos cambiamos, desarmamos y rápidamente salimos del medio de una manifestación en el centro de la ciudad con un GPS que sacaba chispas.

Y así fue terminando el viaje. En ruta, con parada en viejo pueblo Tortugas, de esos de camineros que saben, con un Boca-River y 0-0 en pantalla, el viaje de regreso lo recuerdo muy duro, mucho cansancio y muchas lindas sensaciones, ya debajo de la Haro y la Triplex descansando desarmadas en el baúl.

VGB – Alta Gracia - Córdoba (x Ruta)
Recorrido total: 92,5
Tiempo Total: 6:00 (salimos a las 11, llegamos a las 17)
Tiempo Neto: 4:40
Av: 20 km/h

The end, my friend, this is the end.

Haciendo del hierro, mercurio con experiencias que movilizan lo difícil más allá. Como hasta el infinito. Allá vamos. Viajeros Woody & Buzz, comando estelar.

Opiniones de Vuelta de Córdoba 2014 (x Altas Cumbres) 5 días W&B

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c_herr
02-02-2015 14:30

Hola amigo muy bueno tu viaje me sirve de referencia.

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dreamcatcher
06-03-2015 09:59

a: c_herr
Me alegro. Saludos!

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maxzucco
11-02-2015 12:28

Excelente relato. un diez

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dreamcatcher
12-02-2015 08:59

a: maxzucco
Gracias por tomarte el tiempo de leerlo. Gracias!

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mataplantas
12-02-2015 10:58

HOLA LO HICISTE PRO LA RUTA ASFALTADA, COMO ES EL TRANSITO MEDIO PELIGROSO?

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dreamcatcher
12-02-2015 14:16

Hola. El ascenso a el Cóndor (Altas Cumbres), lo hicimos por el camino de Copina y el de los Puentes Colgantes. 3 autos en todo el día pasamos. Respecto del resto del viaje, fue por ruta, algunas más transitadas otras menos. Saludos!

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xreicox94
26-03-2015 01:28

Tremendo,muy bien relatado me lei todo. Tengo ganas de hacer algo parecido con amigos, y me quedan algunas dudas, sobre todo cuanto dinero mas o menos hay que llevar

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dreamcatcher
28-03-2015 15:05

a: xreicox94
Hola. Me alegro que hayas dedicado tiempo a leerlo. Te cuento que gastás el dinero para la comida, y calculale unos $200 p/noche en lugares económicos por cabeza. Algunos menos en algunos un poco más de dinero. En 5 días habremos gastado $1600 cada uno + el viaje. Saludos y espero te sirva.

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mtbhugh
21-04-2015 21:03

Muy buena la travesia, haber elegido el camino de los puentes colgantes es sensacional, el relato fabuloso. Ahora una duda, estuviste en VGB y no tomaron ni un chop de birra, con lo bien que hace a los musculos casados mmmmmmmmm, raro no.
Saludos y buenas rutas

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dreamcatcher
22-04-2015 09:03

a: mtbhugh
seee, cerveza, wurst und sauerkraut...imperdible. Faltó mencionar la cerveza. Slds