AVENTURAS

Fecha: 13-01-2015 #659377

Viaje a la costa en 2 días (Gesell) W&B

Viaje a la costa

Tenía que pasar algo muy especial como para bajar de una vez el lápiz y sentarme a narrar lo vivido. Un cumple 33. El saludo vino después de la resurrección. Aplica va por buen tipo. “No hay mal que por bien no venga” entonces es la excusa perfecta de un olvido imperdonable como real, tan real como este sueño que vivimos meses atrás, que queremos compartir y dejar encriptado para cuando tengamos en la falda a nuestros nietos y podamos respaldar nuestro cuento con algún detalle documentado.

Ya entrando en archivos con estadísticas, distancias, teléfonos de hoteles y campings, listado de cosas para llevar, mapas y otras minuciosas anotaciones detallando posibles recorridos diarios, recordé que lo nuestro no comenzó cuando decidimos hacerlo, sino cuando pensamos que algún día podíamos llegar a hacerlo. Un condicional raro, plagado de planetas que deberían alinearse.

Personalmente no recuerdo cuando, quizás, Paul Mc, en adelante simplemente quizás Paul, recuerde algo un poco más claro. Cada día, de pasada por San Andrés, la gente cuenta que aún se escuchan murmullos ancianos detrás de algunos árboles. Es el sonido propio del barrio, de una esquina, de Junín y 3 de Febrero (nada de Pte Peron, perdón Gral) Pocos ahí son los que pueden diferenciar el canto de los pájaros del ruido de los autos, éstos del sonido del tren, del ladrido de los perros, y de las campanas de la iglesia, o del pelotazo que pegan 2 pebetes en la mencionada esquina escalonada. Aunque todos si escucharon y vuelven a contar sobre las andanzas de dos amigos inseparables, autóctono del lugar, orgullosos y a modo de leyeda, que ahí nació una amistad que lógicamente es más que este sueño, pero que éste último también nació aquí. Testigos
incorrompibles como las baldosas de aquella esquina colaboran hoy en día con nuestra memoria, con documentos y travesuras, para narrarles de una forma más exacta como fue todo. Coinciden que fue una mezcla de varias cosas sin un sentido de complementariedad como el amor a la playa, un Gesell que nos dio mucho de chicos, hacer algo loco, se tendría que ir en bici porque caminando no llegué ni a Luján y la licuadora sacó un estaría bueno ir a Gesell en bicicleta. Con 10 años (dato imposiblemente preciso y difícil de aseverar aportado por un viejo Jacarandá triste y sucio, siempre presente, curioso y esquinado) pensamos, lo que 22 años después disfrutamos tanto. No se bien si es volver al pasado para hacer algo que quería hacer en ese momento, o si es que tuvimos una idea invertida a futuro, que como buena que fue, la atesoramos y la guardamos celosamente hasta que estuviese madura, o como dije, simplemente se alinearon los planetas. Lo de los celos, algo había realmente. Queríamos hacerlo solos. Bien nuestro.

Para los ansiosos, tuvimos un primer intento para la primavera del 2005. Si bien el entrenamiento comenzó meses antes a las fechas oportunamente previstas, eventos poco recurrentes (mi casamiento, y si, casi lo planifiqué después que el viaje) e imprudencias (lesiones por sobreentrenamiento producto de una rusticidad ilimitada, confirmaremos esto más adelante) hicieron que tengamos que dejar esto para otro momento. Mismo período del año próximo. (Agradecemos al Centro Meteorológico Paul Mc FullMoon & Windsor, que a través de su estudio de vientos, temperaturas y estrictas franjas horarias lumínicas comprobaron la conveniencia de realizarla en los meses de septiembre, octubre o noviembre)

Fue luego de una pretemporada cuando comenzamos ahí por julio a entrenar para apuntarle a octubre o noviembre. Entrenamos básicamente en bicicletas fijas durante la semana y para el último mes hacíamos 4 o 5 horas bien temprano los sábados y algunos domingos y en banda negativa para la familia para que esta no sufra nuestra ausencia. Van los agradecimientos a las chicas (3).

A medida que se iba acercando la fecha teníamos que sacar de nuestras posibles alternativas algunos findes comprometidos por sociales impostergables. Le apuntábamos en definitiva al 4/11 de ese memorable 2006 y de back up nos quedaba uno solo que era el 11/11. Los trabajos de investigación previos siguieron hasta minutos antes de la salida. El estado de las rutas, la logística, cartografía, hospedajes, y sobre todo nos hicimos adictos al servicio meteorológico.

Tendría que hablar un poco de la puesta a punto de las bikes. En este punto la Zenith fue la que nos dio más trabajo. Fue provista por mi hermano (va otro agradecimiento) en un estado bastante deprimente pero con buen entrenamiento de base. Entre rayos, juegos de cambios y otros grandes detalles que preparó Gus quedó presentable la Tibet. La Haro Turquoise nos iba a facturar en el viaje la falta de atención en la previa.

Así entramos en la última semana, ya básicamente preocupados por el clima, los pasajes y el hotel de La Plata desde donde íbamos a salir. No recuerdo mucho de todo eso. Pasó bastante rápido alimentados por la ansiedad y una serie de presiones familiares para que cancelemos la travesía. Pocos entendían en ese momento las ganas que teníamos de hacerlo. Sin embargo, de a poco, viviendo el entrenamiento hicimos que las chicas formen parte de esto también. Como soportes necesarios, como los boxes. Todavía no les gustaba pero ya comenzaron a entender lo que significaba. A ver, las caras largas nunca estuvieron ...ausentes. Quizás no entendían y se habían resignado. Voy por esta última.

El martes el pronóstico alentaba y tomamos la decisión de hacerlo el primer Finde. Del 3 al 5 de noviembre de 2006. Agendo. Paul Mc me encargó la reserva de hospedaje en La Plata, pero ni en un rincón de alguna diagonal en desuso siquiera, Parque de los Niños o en el Estadio Único encontré una plaza.

Llamó Tk para tirarnos datos de hoteles de un cliente, pero todo ocupado. Ni llamados desesperados de larga distancia ni Internet nos salvaba de esta. Paul partió para allá sin reservas luego del mediodía con datos de algún lugar más. Recién un rato después logramos reservar una habitación que luego no usaríamos dado que Pablo in situ se encargó de ubicarnos en otro place. No palace, place.

Lo tan temido. Para las 15 hs aprox se complicó el estado del tiempo. Hago memoria y fue difícil. El cielo se cubrió de nubes densas y oscuras. Entré desesperado a Internet y me cambiaron todo, como si se hubiesen equivocado de ciudad, de continente. Era otra cosa. Paul ya estaba allá, no sabía si cancelarlo o darle para adelante. A las 17 me llamó Mastropiero (sinón: Paul Mc) para indicarme como llegar al hotel. Le comenté de cómo estaba todo, a punto de llover, pero parecía que no había vuelta atrás. Menos para el que para mí. Estábamos definitivamente hasta el cuello y lanzados. Volvía a casa, dejé las chicas a las 20hs, tren a Retiro y combinación con micro a La Plata. Todo había comenzado.

El alojamieno era para parientes de pacientes de no se que hospital zonal. Viejo pero limpio, feo pero familiar, no era para unas vacaciones pero ideal para lo que necesitábamos. Paul se encargó de la comida ese día, me esperó con empanadas en una mesa de pino con mantel cuadriculado que no olvidaré jamás. Ese mantel era la bandera de largada y alguien se encargó de darnos un speech digno y como enviado. Una señora con ganas de hablar desde una mesa no muy lejana nos pregunta que hacíamos y le contamos. Ella nos explicó un poco de que se hospedaban ahí parientes de enfermos y nos contó que ella personalmente esta ahí porque su nene de casi 2 años había sido atropellado por un auto, con una descripción bastante amplia de las consecuencias que tuvo. Hacía algunos meses que estaba alojada ahí esperando que se recupere su hijo. La lástima nos sorprendió y nos caló en el corazón. Como lección de amor, esperanza y de vida. No podemos evitar pensar en los que queremos. No pude evitar pensar en Flor. La extrañé esa noche más que nunca.

El día viernes arrancó con muchísimo empuje. El improvisado despertador sonó a las 5 AM y nos encontró más descansados de lo esperado. Había pronosticado un sueño difícil dada la ansiedad y los nervios.
Previa pasada por un baño extraño en desnivel producto de engendros habitacionales del hospedaje hospitalario, armamos las bikes, con alforjas y bien abrigados salimos casi media hora después con el desayuno pendiente.

El sol no teñía siquiera aún las pocas nubes que se lograban ver y esa brisita matutina clásica estaba engañándonos. Salimos paseando de la ciudad diagonal tomando la avenida que nos sacaba al cruce Etcheverry (queda pendiene averiguar quien era este buen hombre) y sintiendo un inquietante ventisca algo cruzada. Eran las 6:50 cuando tomamos el primer registro fotográfico junto a un cartel de distancias metros antes del cruce. El sol ya abrigaba. Sin embargo, minutos más tarde y ya en la ruta 2, entendimos que nos esperaba una viaje durísimo, con viento de proa, más frío de lo esperado y lógicamente bajando nuestros promedios al peor escenario previsto. A tan solo 15 km/h de promedio rodamos hasta nuestra primer parada larga importante que era Chascomús, en adelante solo “Chasco”.

Las paradas cortas fueron consultadas frecuentemente cada 20 o 25 km. Nos arreglábamos con breves estiramientos, caudales incalculados de fluidos hidratantes y algunos cereales en barra para recuperar algo de lo consumido. El temor de un silo estomacal era un hecho. Gran valor a las barras.

Un extraño ruido ajeno a la naturaleza (incluidas acá los sonidos provocados por nuestras desmesuradas bocanadas de aire ricas en oxígeno) comenzó a inquitarnos. No soñamos con desperfectos en las bicis, sino como extremo un cambio de cámara. Bendito pedal que susto nos diste con esa capricho que nos acampañó intermitentemente hasta el final y que siendo el día de hoy seguís escondido bien adentro con la idea de volver a aparecer en otro momento tan oportuno.

Nuestro primer peaje sin pagar no fue pegado al auto de adelante. Fue en San Borombón y los carteles de “prohibido transitar en bicicleta” comenzaron a ser recurrentes. Nuestra indiferencia fue multada por aquellos policías que supieron darnos otro buen susto ahí por Gándara, antes de llegar a Chasco. Lógicamente, no sabíamos que no se podía transitar en la ruta en bici y que buscaríamos una bicicletería en el pueblo más cercano para que vean el pedal (me gustaría pensar que apareciste para darnos esta idea) fueron las excusas que primero aparecieron. Nos advirtieron y seguimos luego de unos 5 minutos.Kilómetros adelante entendimos que no fuimos del todo convincentes, que fue solo una obligación que tuvieron de parar y advertir y que valoraron en definitiva el esfuerzo realizado al no complicarte el viaje más de lo que ya es.

Llegamos entonces a Atalaya para las 11:30. We are hungry!!! Gritábamos mientras golpeábamos la mesa fuertemente con nuestros cubiertos a la espera de el almuerzo. Y claro. Todos estaban todavía en las clásicas mediaslunas desayunando. Limpiamos hasta la salsa del plato de ravioles colmados de queso y luego de casi 1 hora partimos hacia Castelli o Dolores.

Hasta ese momento no sabíamos cual iba a ser el destino final del día. Casi todo dependía del cansancio. El viento no nos alentaba y la preocupación por el ruido en el pedal en la Zenith de Paul nos acompañaba. Pasamos por el Salado, Monasterio y Lezama, donde merendamos . Para eso de las 18 ya estábamos en Castelli.

Según los estudios realizados previos al viaje, estaba programada la puesta del sol para las 7:30 con algo de luz hasta las 8. Los 27 kms hasta Dolores que faltaban, nos invitaban a intentar hacer el viaje en 2 días si todo salía bien. Iba a ser la mitad del recorrido, más posibilidad de encontrar hospedaje, el ahorro de una noche de hotel en Madariaga y todo un día en Gesell a nuestra llegada para descansar y disfrutar. Si le preguntaba a mis piernas, Castelli era la parada para dormir pero a Paul Mc lo veía entero y bastante mejor que yo. Los beneficios y el hecho de que el 50% de la tripulation estuviera bien me convencieron, montamos las bicis, volví a escuchar el “ay mi colita” y partimos con la reserva para Dolores. Llámese entonces “La gran Castelli” a subestimar una distancia aparentemente poca por su número, pero dadas las circunstancias no lo es.

Aún peor, lo que parecía iba a ser un poco duro fue insoportable. El sol cayó rendido rápidamente y el vientito de la nochecita rutera comenzó a soplar con más intensidad . La temperatura descendía a niveles inusitados. Se guardaron las perdices y salieron a jugar los pinguinos luego de un día soleado de primavera que parecía iba a ser fiel a pesar del viento. Eran las 8, ya de noche y quedaban unos 10 kms todavía. Las piernas me abandonaron por completo para ese momento. Los cuádriceps ya no estaban. Me preguntaba si era el frío, el exceso o simplemente un mal movimiento. Los gemelos poco podían ayudarnos porque no llevábamos ni punteras ni fijaciones. ¿Qué músculo todavía podía ayudarme? Cual Chapulín, el corazón, pero no para bajar un pedal y hacer rodar la bici. Y nadie mejor que Paul para entender eso, un ejemplo de esfuerzo que enseña a lograr lo que uno se proponga, cueste lo que cueste. A veces caro, a veces barato, pero se llega.

Un empujón desde atrás me hizo recordar lo que es Paul para mi. Y si bien no fue los suficientemente fuerte ni constante como para hacerme llegar del envión, alcanzó para darme todo lo que faltaba. Actitud, huevos fritos y sacrificio. Una parada a 5 km, en aquella estación de servicio fue como una llegada. Ahí un playero nos indicó el camino más corto para llegar a un hospedaje familiar. Dejamos al Sr Hipotermia en la estación.

Eran las 8:30 y comenzamos a transitar por Dolores. Extrañamente las fuerzas vuelven cuando uno llega. En la hostería, algo me decía que no era el lugar más conveniente. Entré yo solo, en una especie de hall con colmado de habitaciones en sus costados. En el fondo se encontraba una mesa grande con una señora mayor y seguramente un hijo parado a un costado. Consulté amablemente la disponibilidad pero ya con la decisión tomada. Si bien había y era algo realmente económico (algo así como 10 pesos por persona) esa noche nos merecíamos una suite en el mejor hotel de Dolores. Espantados de ese único baño compartido para las mil personas hospedadas en el lugar (advierto acá que en nuestros planes estaba transitar por este tipo de lugares o campings) salimos rumbo al Hotel Plaza, un viejo conocido mío de la zona. En la esquina de la plaza a pocos metros del hotel hicimos una parada llena de preocupación en la farmacia para comprar un relajante muscular. La incertidumbre de cómo estaría al otro día era desesperante y el cansancio era tanto que no tomé nada por temor a mezclar lo exhausto con la relajación, algo así como hacer yoga después de un partido de squash. Dormir forever. Habían sido 175 kilómetros en 12:06 horas de pedaleo netas.

Tengo muy presente toda esa noche. Luego de recuperar la temperatura corporal, elongar algo que no sabíamos bien que era y 2 buenos baños, tomamos estrategias diferentes. Nada podía hacerle cambiar de opinión a Paul para salir a cenar. Como si supiera que se venía una tormenta. Quería estar refugiado. Yo en cambio necesité salir a devorar por ahí hamburguesas, papas fritas y hasta de refuerzo algunas empanadas. Parecía que nada alcanzaba para llenar el tanque.

Volví al hotel luego de la cena en donde todos en el lugar me miraron como algo raro (un solitario, con la cara extrañamente bronceada, destruido por el cansancio y con una sed sin precedentes) Paul estaba extrañamente despierto. Tomó algo de lo que alcancé a traficar a la habitación y descansamos lo que pudimos. Plagados de sonidos extraños de habitaciones anexas (festichola en la de arriba) y la descompensación producida por el exceso del día (yo hablaba dormido y él con chuchos de frío) se hicieron las 6 de la mañana.

Me desperté primero y no pude dejar de pensar en lo que teníamos para hoy. Tenía en la cabeza desistir con un buen viaje en tren “Dolores-Constitución” en el caso de que el viento sea por lo menos como el del día anterior. En principio las piernas no estaban mal y fue entonces cuando me animé a mirar por la ventana y vi un día tentador, sin viento aparente. Todo estaba encaminado. Hasta ese momento la única amenaza era mi estado. Lo era. Pablo se levantó, no dijo una palabra y se metió en el baño. Raro no consultar siquiera como estaba el día. Buenos modales, un buen día?

Llegó el saludo matutino y fue como un trueno. Arcadas desesperadas en busca de algún vómito generoso, náuseas y malestares de todo tipo. La factura le llegaba también a él con algo de delay. Se me caía el cielo y lo único que atinaba a decir sentado en mi cama era: Paul, estás bien?

Se sentaba en la cama sin emitir palabra alguna y volvía al baño en busca de un alivio. Luego de un rato rechazando oferta de aire fresco, bebida o lo que sea, salen sus primeras palabras. “Ya estoy bien”.
“No me jodas. Volvemos, estás hecho mierda. Así no podés. Y si te sigue más adelante cuando no hay nada. Estás seguro?” Todavía no sé. No deja de sorprenderme. Un “vamos” y fuimos.

(Con algunas dosis de Ibuprofeno retomo el relato. Espero que nada sea producto de alucinaciones de un estado febril y que lo que escriba sea lo que realmente vivimos.)

Esperamos unos minutos que abriera el restaurant del hotel. Paul cambió su desayuno por un rato en el banco de la plaza. Te de luz natural y tostadas de aire fresco era el mejor desayuno para esos momento. El café cargado con medialunas era el mío. Momento extraño I. Lo vivido al pedir el desayuno. Yo quería simplemente lo estipulado por la casa, la casa me daba lugar a elegir, como si tuviera opción de un sandwinch de milanesa, un desayuno americano o al mejor estilo “all inclusive”. Estábamos en un hotel de Dolores!!!. Fui por la línea. Elegí un clásico café con leche, con el promedio de medialunas, ni una ni tres, dos. Alcanzaba a ver a mi compañero reclinado en el banco de la plaza. Estaba preocupado.

Momento extraño II. Final del desayuno. Me acerco a la puerta y en un segundo de descuido cruzo miradas con el mozo. Algo me dijo que tenía que hacer la pregunta de si el desayuno estaba pago. No estaba incluido y todo me cerró.

Salí en busca de Paul, lucía mejor, pero no podía evitar preguntarle una y mil veces si quería seguir o empezar el pedaleo más tarde. La pregunta tenía una sola respuesta posible. Trepamos a las bicis y cuando bajo el cordón siento que la rueda trasera estaba totalmente desinflada. Me gustaría alguna vez saber si esa rueda era la que me estuvo jugando un mala pasada el día anterior cuando la bici parecía pesada como un camión con semi.

Teníamos a 3 cuadras una estación de servicio camino a la salida. Allí teníamos una linda prueba. Lejos de un record de tiempo y con algunas dificultades al momento de colocar la cubierta nuevamente logramos poner a la Haro turquoise en escena nuevamente. Una hora y media más tarde de lo planificado. Rodamos por una avenida arbolada hasta la Ruta 66, con el rayo Mc.... perdón esta era otra película. Era la 63.

Llegamos hasta el famosísimo atajo antipeaje que Paul tan bien conocía. Lo disfrutamos mucho luego del stress que nos produjo el día anterior en la ruta. Sabiendo que lo que vendría iba a ser muy duro también, con ruta de una sola vía, disfrutamos del camino rural, el poco tránsito, el contacto con la naturaleza. Nos regalaron un par de nubes de tierra y algunas vacas nos complicaron algún que otro paso. No faltó ocasión para que Paul lograra una comunicación fluida con los cuadrúpedos rumiantes. Un nuevo don desconcido que supo salvarnos de alguna estampida en el medio de la llanura.

Creo que fue por acá donde surgió un apodo que nos acompañó fielmente el resto del viaje. Pablo se autoapodó “rústico” tratando de explicar las violentas escenas vividas consecuencia de los excesos físicos del día anterior. Si bien algunos creerán que la palabra tiene connotaciones negativas, mi basta experiencia como amigo consolidado me dice que bien representa a un tipo que cuida exageradamente poco al chasis de su auto con la idea de llegar a la meta. El motor lo mueve todo. Es verdad, tu “rusticidad” te sacó del partido el año pasado con una lesión por sobre-entrenamiento, pero creo que este año también nos hizo llegar. Yo no sé si hubiese seguido en tu estado. En definitiva llámese un “rustik” (marca registrada de mi primer local de ropa deportiva extrema que vamos a abrir)

Y “venir endiablados” para mi ya es una frase hecha. El promedio en la tierra era mayor al que hicimos en ruta el día anterior. Algunos árboles nos asustaban cuando se inclinaban pero no era más que un saludo.
Fue de las partes que más disfrutamos. No solo porque el día acompañaba, sino porque yo me sentía como nuevo y Paul poco a poco se fue recuperando del todo. Por la mitad de este trayecto de 23km pensábamos en llegar a Gesell en el día. Faltaba mucho y de a poco fuimos llegando al cruce luego del peaje para tocar en un par de kms la 11.

Nos detuvimos un rato largo más que a descansar a disfrutar del día y del paisaje en el puente viejo de Rauch. Tomamos algunas fotos y seguimos por la Prov. 56 para hacer unos pocos hasta la entrada a Conesa.

Eran pasadas las 11:30 y decidimos meternos en Conesa para conocer, almorzar y juntar fuerzas y coraje para meterle hasta Madariaga, the Gral.

Conesa: Visitamos al pueblo como turistas por la calle arbolada perpendicular a la ruta. Entramos al primer almacén que encontramos sobre la calle que calculamos era la principal. No había mucho más tampoco. La pulpería “tiene todo y no tiene nada” (yo sé que esto te gustó) realmente era de otro siglo. Luego de analizar la oferta, tanto de fiambre como de bebidas, nos prepararon salchichón y queso autogenerado en lonjas cortadas a cuchillo como para una picadita. Entre gauchos, canillas, gaseosas y rebenques preguntamos por la plaza y llegando a ésta encontramos un almacencito más “normal”. Allí compramos algunas verduras y frutas. Aprovechamos la ocasión para saludar a Don Gregorio, así apodado en este mismísimo momento al almacenero que nos indicó como salir de Conesa por un camino rural que gana algunos kms y evita tener que volver a la ruta para retomar.

La plaza nos dio un buen almuerzo debajo de unos árboles, y la posibilidad de llegar a Gesell por la noche. Lo que venía era el tramo más largo sin paradas programadas ni sugeridas. La gente del campo no quiere hablar de esa zona y las cartas geográficas zonales indican la ausencia de vida de cualquier tipo. El Google Earth admitió en un comunicado que de ese lugar no logra realizar fotos satelitales. La causa es aún desconocida. No falta el científico que habla de campos magnéticos, como tampoco el gaucho Conesiano, que adjudica el apodo de esa zona “Muerdagal” a diversos episodios reiterados, especialmente por las tardes, que no vienen al caso detallar, eso si, siempre en presencia de pequeñas plantas de muérdago apostadas debajo de las víctimas que nadie se anima a decir víctimas de qué son.

Tomamos entonces el camino de tierra indicado por Don Gregory con algo de duda. Por suerte a los pocos kms encontramos que la ruta ya estaba casi paralela a nuestro camino. Entre charlas, la posibilidad de que el camino se corte y que tengamos que atravesar el campo estaba. Esta vieja ruta a Madariaga finalmente nos sacó a la 56. El camino de tierra cruzaba la ruta y seguía. Entre miradas y ganas de seguir por senderos tranquilos cruzamos. Hicimos unos 2 km y el camino terminaba lamentablemente en una chacra. Intentamos llamar la atención de una persona para saber si podíamos atravesar su campo para salir a la ruta pero no nos escuchaba. O se escondía. Vaya uno a saber los miedos de los vaqueanos de el “Muerdagal” (visitar párrafo anterior) Conscientes de que no estábamos para regalar kms, volvimos y tomamos la 56, con todo lo que eso implicaba.

En nuestra vitácora de viaje anotamos “pata y pata 56”. (Algún comando estelar utilizará sus datos) A 25 km de promedio generados entre otras causas, por la falta de viento, por las ganas de salir de una ruta sin banquina, por los extraños episodios zonales que amenazaban y porque el tema de llegar a Gesell directamente ya era un hecho para ese momento, a las 17hs entramos en la Sol del cruce con la 74 ya en Madariaga. Fue un tramo muy intenso. La parada no podía ser prolongada porque el sol en la Sol, solos los Orozco (nosotros) los dos somos vos o yo.

Nos abastecimos de combustible en la estación de servicio algo pendientes del puesto policial justo en el cruce de las rutas. Cuando pensábamos como evitar el puesto nos cruza un policía en la playa de la estación. Sin decirnos una palabra, casi sin decirnos nada...yo me pregunto porqué “Gracias Andrés” tomamos los cascos y al momento de arrancar escuchamos una frenada (vaya paradoja y un poco inoportuna por cierto) seguida de un ruido latoso, lo que parecía un clásico choque, justo enfrente nuestro a unos 30 mts aproximadamene. Una lección, premonición, advertencia, casualidad, un destino final en el cual no estábamos anotados. Cerca o lejos en esto da lo mismo. Sos o no sos la víctima. El tema era como. Y en el como estábamos empatados con el finado. Algo shoqueados por el accidente (no vamos a hacer ninguna mención adicional del triste episodio y le restaremos importancia en el relato admitiendo que fue algo bastante traumático) y juramento por medio, partimos temblando y con poco resto a eso de las 515 para Gesell.

El tramo que va hasta Pinamar fue bastante duro, acompañaba lo ocurrido recientemente un viento que nos peinaba para adelante en algunos tramos de la sinuosa ruta hacia la 11. Los edificios se alcanzaron a ver en relativamente corto tiempo, pero los mojones parecían ir más rápido que nosotros y en el mismo sentido. Llegando al cruce dejamos a nuestra izquierda la estación (pensar que hasta ese tren careta estaba en algún plan Z) nos detuvimos, no tanto a descansar sino más que nada a recibir el suelo arenoso debajo de un pino espectador en la ruta. El sentir el aire de mar ya nos invitaba a una sonrisa de logro.

El último tramo desde ese pino fue realmente un trámite. Nos colgamos el uno al otro como tirados por una linga y viajamos arriba de los 30 kms por hora. Sonaba Bob Dylan con my friend y el wind que nos empujaba como nunca lo hizo en todo el viaje. Con ese premio natural también comenzamos a guardar antes de llegar las experiencias inolvidables que tuvimos.

La rotonda y la foto con el Totem en la entrada que me había prometido Rustik y que tanto anhelaba de chico quedaron para la próxima por falta de luz. La lamparita todavía tenía el filamento caliente y nos permitió otra un poco más adelante, con algo de artificio. Quedó entonces aquella que probamos debajo del cartel de “Bienvenida a Gesell”, donde pisamos nuestro suelo geselino y que con ese abrazo inolvidable plagado de orgullo, erizamos nuestra piel como compensación o recompensa, o ambas, o muchas más.

Confirmo y quedan registros en la localidad que las bicis no llegaron por la playa. Es duro para mi admitirlo. Mucho menos y esto ya confirmado que las bicis tampoco rodaron por la orilla con media rueda en el mar como saltando enamoradas haciendo volar las gaviotas. Nada de recoger caracoles. Pequeños detalles de algo soñado no siempre son lo más práctico. Cansancio, hambre y el frío....las bicis no vieron el mar.

Nos esperó una terminal desolada donde directamente compramos los pasajes de vuelta esa mismísima noche, un duplex frío y “La cantina de Arturito” para la última cena (En homenaje a Leo (y los homenajes a los homenajes por Carlitos el rey del panqueque)) Al día siguiente, bien free, doloridos y con fuerzas para extrañar, fue ping pong con música de “The Palice”, Daytona como devolution, Cachavacha y hasta revelamos las fotos para entender de alguna otra forma más didáctica lo que habíamos hecho.

La luna llena y metafórica nos transformaba en viajeros transitorios de autobuses. Tuvimos que desarmar y envolver las bicis en cartones difíciles de conseguir a esas horas por la Terminal. La improvisación nos dio una mano y no tuvimos problemas para cargarlas en el micro para emprender el regreso. Poco vimos de las películas si me preguntan. Hasta volvimos en micros diferentes para llegar más cómodos a cada una de nuestras casas. Sin embargo, al bajar del micro, a ambos se nos acercaron personas diferentes que no estaban muy lejos de nuestros lugares y que intrigados nos preguntaron si por casualidad habíamos compartido un sueño.

Atinamos a contarles lo siguiente:

Una sonrisa cuando uno duerme no es casualidad,
y no es casualidad tampoco que se entienda poco cuando un sueño se cuenta,
pues hay que vivirlos como soñadores en medio de una tormenta
y soñarlos como se sueña la añorada realidad.

Los grandes sueños los viven aquellos pequeños soñadores. Buzz y Woody. Vitácora de viaje, Comando estelar. Gracias Paul Mc.

Viaje a la costa en 2 días (Gesell) W&B
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Opiniones de Viaje a la costa en 2 días (Gesell) W&B

1421273954
COYOTE2004
14-01-2015 19:19

que buen viaje pegaron!!! excelente relato. los felicito!

1421273954
COYOTE2004
14-01-2015 19:19

que buen viaje pegaron!!! excelente relato. los felicito!

1421328255
dreamcatcher
15-01-2015 10:24

a: COYOTE2004
Gracias Coyote! Se que los relatos tienen mucho código mío, me salen así y me divierten, pero quería empezar a compartirlos. Estoy subiendo un par más por estos días. Saludos.

1421273955
COYOTE2004
14-01-2015 19:19

que buen viaje pegaron!!! excelente relato. los felicito!

1421273955
COYOTE2004
14-01-2015 19:19

que buen viaje pegaron!!! excelente relato. los felicito!

1421273955
COYOTE2004
14-01-2015 19:19

que buen viaje pegaron!!! excelente relato. los felicito!

1421429101
maxzucco
16-01-2015 14:25

excelente!!!!

1421593562
chamaca
18-01-2015 12:06

me resulta mas comprensible leer a nietzsche.gracias

1421693100
diegoagra
19-01-2015 15:45

a: chamaca
+10

1431234682
ghesher
10-05-2015 02:11

excelenteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee

1431345193
dreamcatcher
11-05-2015 08:53

a: ghesher
jajajaja, muchas gracias.

1431638570
ghesher
14-05-2015 18:22

a: dreamcatcher
FIJATE MI PUBLICACION A DE OLIVOS A SANTA TERESITA!!!!

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25/04/24 13:24

Compro Zenith ASTRA 1998 como la de la foto

Hola como estan, si saben de alguien que tenga este modelo de Zenith Astra de 1998 me avisan? gracias!

23/04/24 20:33

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Busco plato como el modelo de la foto pero en 38 dientes. Son año 2015 aprox.

18/04/24 23:00

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10/04/24 19:16

busco cervelo p3 modelo anterior talle 54 a 56

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08/04/24 22:22

BUSCO CUADRO DOBLE SUSPENSION DE DOWNHILL

BUSCO CUADRO DOBLE SUSPENSION PARA DESCENSO TALLE M o L, Precio Max. 800.000 pesos Arg, Mdz +54 261 7 211136

02/04/24 23:28

Busco bolso/funda porta rueda Mountain 29

Bolso porta rueda para Mountain bien rodado 29

Canjes

22/04/24 06:35

Lazer Century

Permuto por algo de mi interes casco lazer century talle L 58.61. Tiene cuayro puestas.

07/04/24 21:27

cuadro mtb 29 carbono talle m intense x cuadro carb tria o ruta t54 o 55

cuadro de carbono intense talle m conico x cuadro ruta o tria carbono talle 53 o 54,también podrían ser ruedas carbono rutera clincher. estoy cerca de bahia blanca

26/03/24 16:51

Permuto fuji slm carbono xl por specialized xl carbono

Permuto fuji slm 2.7 xl por specialized o cannondale xl carbono, transmisión full deore biplato pata xt de 10 v suspensión Judy aire con bloqueo remoto manubrio, rodamientos aros sten manubrio y porta silla oval. 3515500848

28/02/24 23:32

Permuto componentes de Mtb

Permuto transmision sram x9 10v impecable.. por articulos de pesca en lo posible.. media o alta gama! Reeles..cañas.. etc Escucho todo...

23/02/24 23:29

Permuto por MTB

Felt ia 16 . Talle 51 . Grupo 105 de 11 . Muy buena

13/02/24 21:00

cervelo p3

permuto x otraaa

Bicicletas robadas

24/04/24 21:24

Philips Nottingham 1940

Pasando por villa retiro me robaron mi querida Phillips, 4 rochos en un asalto al estilo asalto caminero de las pelicuas de robin hood. Ruedas cubierta Lugano, manoplas asiento y alforjas de cuero laviejacleta. Tiene el cuadro soldado. Si alguien tiene alguna noticia 1130343403

15/03/24 16:10

Venzo Yety Robada

Me robaron esta bici marca Venzo, modelo Yety, rodado 26 con 21 cambios. Me la robaron hace unas 12hs por la localidad de La lonja, Pilar, Buenos Aires. Se metieron a mi casa, los aparatos de la velocidades q van en el manubrio estan rayados, el tamaño del cuadro es L. Si llegan a verla publicada,

15/03/24 16:02

Venzo Yety Robada

Me robaron esta bici marca Venzo, modelo Yety, rodado 26 con 21 cambios. Me la robaron hace unas 12hs por la localidad de La lonja, Pilar, Buenos Aires. Se metieron a mi casa, los aparatos de la velocidades q van en el manubrio estan rayados, el tamaño del cuadro es L. Si llegan a verla publicada,

03/03/24 11:57

Publicada en Marketplace

La veo publicada en marketplace por 100.000 pesos, evidentemente es R O B A D A. La Descripción es de alguien que no tiene idea de lo que es una CUBE

03/03/24 11:52

Publicada en Marketplace

La veo publicada en marketplace por 100.000 pesos, evidentemente es R O B A D A. La Descripción es de alguien que no tiene idea de lo que es una CUBE

28/02/24 04:00

Specialized sirrus x 2.0

Someone stolen my bike in my job, Hersham 28 Lyon Road Let me know if you see. It is my transport to go my job Thanks

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