Hay más carriles para ciclistas, pero muy pocos los respetan
Hay que animarse. Atravesar Buenos Aires en bicicleta a veces es muy parecido a una carrera de mountain bike. Pero cada vez son más los que se atreven. Y se encuentran con obstáculos que casi forman parte del paisaje de la Ciudad: calles empedradas, autos que van a toda velocidad, colectivos que cierran el paso y poco espacio para circular. En una recorrida por los carriles preferenciales para bicicletas, Clarín contó 95 autos estacionados en 100 cuadras, casi un promedio de un auto por cuadra.
"Paré cinco minutos. No me hagas la boleta, por favor", pide un camionero en plena descarga en Independencia y Entre Ríos, confundiendo al fotógrafo con un empleado de alguna de las tres empresas que controlan las infracciones en Capital. Por allí pasa uno de los primeros carriles para ciclistas. Se inauguró en 2002 y recorre 43 cuadras entre el Bajo y avenida La Plata. En 33 cuadras de ese camino, Clarín encontró 14 autos estacionados del lado izquierdo, por donde pasa la ciclovía. Y la escena se repitió con distintos matices en los demás (ver El boletín...).
En Buenos Aires funcionan cinco carriles para ciclistas en avenidas. Recorren 181 cuadras de Belgrano, Independencia, Alberdi, Rivadavia y Corrientes. Aunque a esto hay que sumar las bicisendas (ver Dónde...).
"Es un deporte de riesgo", define Juan Carlos Suárez, un diseñador gráfico de 60 años que visita a sus clientes en bicicleta. "A veces meterte en los carriles es más peligroso, porque están a la izquierda, la mano de más velocidad. Los automovilistas se mueven con total impunidad y nadie los controla", se quejó.
El subsecretario de Tránsito y Transporte, Andrés Borthagaray, admitió que el tema resulta complejo. "Apoyamos el uso de la bicicleta. Por eso intensificamos los controles, pero no sólo se trata de sancionar. El desafío es concientizar para que se respete como otro medio de transporte y eso tarda en implementarse".
A diferencia de las bicisendas, pensadas más para el paseo, los carriles en avenidas están diseñados para trasladarse por la Ciudad y funcionan de lunes a viernes de 8 a 21. Son de uso "preferencial" para ciclistas: los autos pueden circular por ellos, pero si hay bicicletas deben bajar la velocidad y colocarse detrás. El máximo permitido es de 40 km/h contra los 60 que se toleran en el resto de la avenida. Y el estacionamiento no está permitido.
"La cantidad de infracciones varía. Pedimos intervenciones puntuales a las empresas de control fotográfico que fueron efectivas. Pero la costumbre es fuerte y los autos vuelven", justificó el director de Tránsito porteño, Osvaldo Storani. Ya se invirtieron 300.000 pesos en carriles y hay en carpeta cuatro ciclovías más en Av. de Mayo, Córdoba, Santa Fe y otro tramo de Rivadavia.
Los lugares para instalarlos surgieron de un estudio de la Comisión Asesora para la Bicicleta en el Tránsito, un organismo que nuclea al Gobierno de la Ciudad, la Legislatura, la Defensoría del Pueblo, la Policía Federal, la Fundación Leloir y las principales agrupaciones de ciclistas. Un censo de 2003 indicó que entran unos mil ciclistas por día al Microcentro. Corrientes es la que mayor cantidad concentra: más de 400, seguida por Belgrano. Para salir, la avenida más elegida es Independencia.
"Los carriles son un gran avance. Ayudaron a ordenar el tránsito, pero falta respeto de los automovilistas y de nosotros. Aún hay ciclistas que van por la derecha", dijo Néstor Sebastián, vicepresidente de la Asociación de Ciclistas Urbanos. Entre las asignaturas pendientes, figuran más carriles, garajes de bicicletas y comunicación con subtes y trenes, ya que un buen porcentaje de los ciclistas viene de Provincia.