de vuelta a casa

la foto es simple pero dice mucho, realmente me gusto comentate algo de la salida cuando puedas gracias

conta un poco donde fuiste!

100 kilómetros de una vida

La vida es un viaje de ida, paradójicamente este relato sobre un viaje y la vida, se centra en viaje de vuelta.
Aquel segundo día del mes de mayo fue cuando empezó a suceder, sin yo pensarlo de esta manera, lo que sería una lección de vida, cada momento del viaje es comparable a lo que nos irá sucediendo a lo largo de la vida.
Comenzó la mañana. Después de haber escuchado toda la noche una fuerte lluvia no sabía con que panorama me encontraría, mire por la ventana pero solo se veían paredes y techos de las edificaciones lindantes, esto no demostraba mucho, parecía que solo había llovido y no habría mayores inconvenientes. Ya vestido y con el pantalón que se me caía por haberme olvidado el cinturón busque donde desayunar, lo cual hice en forma generosa pensando en el recorrido que faltaba transitar.
Volví a mi lugar de hospedaje me hice con todas mis pertenencias y devolví la llave (la cual tenía por llavero un destapador de cerveza)
En la vereda armé el móvil, enganché mi tráiler (carro para algunos), até el bolso y las dos bolsas con repuestos y comida y arranqué. Pasé por la vieja estación de trenes que, como en todas, está el cartel con el nombre del lugar.
Luego de hacer que ese instante pase a tiempo indeterminado plasmándolo en el fotocaptor de mi teléfono personal empezaron a caer gotas de lluvia, que luego se transformaron en una lluvia copiosa, por tal motivo tuve que irme bajo el techo del andén.
Me saqué mi abrigo para reemplazarlo por un impermeable, me puse el chaleco reflectivo y le puse el impermeabilizante el bolso... que no era más que una bolsa de basura lo suficientemente grande como para meter el bolso adentro, mientras me decía, -que boludo como voy a perder la que me había traído yo de casa, era más grande que esta que me dio la mujer de limpieza del hotel. Hecho ya todo esto y viendo que la lluvia paraba, empezó mi viaje, casi en el mismo punto en donde empieza un paralelismo comparativo.
Tal cual en la vida a veces empezamos con la enorme incertidumbre de cuánto durará el mal tiempo, si el pronóstico realmente acertara y sabiendo que tenemos un largo viaje por delante.
Recorriendo algunas calles llegue a la ruta, mire hacia atrás y un solo pensamiento vino a mí, ?me voy?.
Transitando la carpeta asfáltica de la ruta 33, el agua seguía golpeando contra mí, el transito era reducido y el viento comenzaba a rotar y ponerse detrás mío dándome una gran ayuda, tal como a veces en los momentos difíciles recibimos la ayuda o colaboración de otros, para poder superarlos y llevarlos adelante.
La velocidad iba en aumento y el físico se sentía a gusto, cosa que me había tenido preocupado por el esfuerzo del día anterior, y los kilómetros se iban contando de uno a uno. Estos no eran los únicos en aumento, también lo hacia la emoción de saber o creer que lo lograría sin mayores problemas.
Entrando en el primer tercio del viaje hice un alto, comí algo, estiré los músculos y devolví la llamada a un pequeño saurio (pequeño solo de tamaño), quien se interesaba por mi odisea y consultaba otras.
Otra vez arriba de la transformadora de impulso muscular en impulso mecánico veía que el viento me acompañaría cada vez mas; las copas de los arboles me lo decían
En este segundo tercio marcaria mi velocidad máxima del viaje lo que me daba una enorme satisfacción, sobre todo en pensar que llegaría en apenas un rato y que todo sería muy fácil, cosas que nos pasan también en el camino de la vida.
Saliendo de otro pueblo, los bomberos voluntarios me avisaban de que la ruta se encontraba anegada antes de llegar al que le seguía.
Aquello que parecía que sería un éxito rotundo, empezaba a mostrar sus tribulaciones. ?Podré pasar?, Me llevará la corriente? Me dará la altura de vadeo del tráiler para pasar?
Nuevamente, tal como en la vida, me dije, -es mi camino, solo queda seguir.
Atento a lo que vendría seguí por aquella ruta, la lluvia ya había cesado y empezaba a pisar suelo seco. Algunos rayos de sol me iban dando un poco de calor para ablandar mejor los músculos que se entumecerían si se enfriaban. A lo lejos un reflejo mostraba lo que sería el agua superando la altura de la calzada, no por tanto como me habían advertido pero era significante. Viendo que no sería un problema mayor empecé mi cruce, algo más de 200 metros donde los pies se iban cargando con el agua levantada por las ruedas de la bicicleta, atrás el mencionado tráiler, lejos de la superficie del agua mantenía mi equipaje seco y a salvo.
Fue un obstáculo; al cual llegue, el cual observé, ante el cual sabía que estaba preparado y me lancé a cruzarlo.
Luego de este primer éxito, empezaba a pensar en que podría venir más adelante y ya se estaba gestando la idea de que, cuando haga el cambio de ruta, el viento me iba a favorecer mas ya que este iba girando su dirección y empezaba a llegar a mi por el costado y no por detrás
Seguí por el mismo camino donde me volvían a advertir, como consejo de sabio, que la ruta estaba cortada con altos niveles de agua. ?no me queda otra, tengo que seguir.
Las nubes se abrían y daban esperanza de poder secarme del todo y seguir mi viaje más cómodo.
... tal como pasa en la vida, Dios nos da un aliento, un empujón para poder superar las dificultades, como el viento a favor en la tormenta de salida o como el aliento de otros compañeros momentáneos que circulaban con sus maquinas autopropulsadas.
Cuando pensaba que ya todo iría mejor y que tenía que llegar al cambio de ruta para que todo definitivamente este cuasi logrado, llegué a otro vado. Con la misma actitud que en el anterior lo cruce y seguí mi camino, con los pies nuevamente cargados de agua.
Ya esta, ahora solo queda seguir para alcanzar mi meta, el cambio de ruta con ese fuerte viento que me acompañaría. En medio de las ilusiones por un presunto triunfo, un nuevo espejo de agua se mostraba amenazante delante de mí.
-Bueno ya esta, este tiene que ser el último, cuanto más podría pasarme, lo único de que tengo ganas es de llegar a agarrar aquel viento.
Convencido hice mi tercer y última parada para revisar las cosas e hidratarme y poder agarrar la parte ?fácil? del camino.
-Parece mentira, esto es una joda, donde están las cámaras de televisión???? Así es, justo en el cambio de rutas, donde debía subir a un puente estaba el vado más profundo, ya hasta los camiones cruzaban temerosos, al mismo tiempo que una camioneta era remolcada del agua. Lo intente por un lado de la calzada hasta que me di cuenta que del otro lado del cantero divisorio el agua estaba más baja, di la vuelta en una maniobra que casi me cuesta un chapuzón, tome el otro lado de la calzada y empecé a sortear el vado. Nuevamente la vida nos enseña a que nada está completamente resuelto hasta que se termina. Esto se refiere a que en la última parte de este vado el agua que cruzaba tenía una correntada tal como para producirme cortos desplazamientos laterales, pero insistentes.
-Si, llegue, el viento lo tengo totalmente de atrás, ahora a pedalear hasta casa. Pero nada estaba aun terminado, el cansancio ya se sentía, el marcador iba por el kilometro 85, y se empezaba a sentir los faltantes nutricionales del cuerpo.
Amainé la velocidad con la sensación de estar haciendo una inversión, me llevaría más tiempo, pero tendría más seguridad de poder llegar. Estos últimos 15 kilómetros iban pasando, uno a uno, y seguía descubriendo cosas nuevas, como que mi remera debajo del impermeable estaba empapada en el sudor del esfuerzo. Y si, todo cuesta en la vida y lo que no cuesta es porque no es nuestro.
Ya con la vista de mi ciudad, empecé el que sería el segundo rosario del día. (Aun estaban planificados dos más).
Ya estaba ahí, solo faltaban unos 300 metros para llegar pero al contador acusaba un faltante de unos 700 metros para llegar a los 100 kilómetros. ?no, no voy a haber hecho tanta cosa para contar la mentira de que fueron 100 de ida y 100 de vuelta. Seguí unas cuadras más y volví, llegue a casa con unos metros más allá de los 100 kilómetros.
Apoye la bici con mi querido tráiler en la entrada, me senté en el pasto y las lagrimas brotaron de mis ojos. -Llegue, pensé, a lo que luego de un silencio dije para mis adentros, -Madre mía, que esta peregrinación y toda mi oración no haya sido en vano, tenla en cuenta!!
Nuestra señora de la merced, ruega por nosotros.
Tal como en el viaje, la vida se nos da de diversas formas. Todo me enseña que mas allá de los problemas, siempre tendré a un Dios presente que está ahí, a mi lado para darme un rayo de luz, un empujón, un consejo, y el impulso final para poder llegar un poco mejor al destino que tenía planeado.
Toda desafío, toda batalla en la vida debe ser luchada, cuando superamos una, puede al instante venir otra, date vuelta y seguí luchando. Y cuando llegue aquel día, cuando llegue el ultimo día y me pregunten que hice yo, voy a desenvainar por última vez, no para pelear, sino para mostrar mi espada ya sin filo por tantas batallas, la empuñadura rota por el esfuerzo de mis manos, pero con el corazón glorioso de saber que lo di todo.

pd: para lograr el resultado completo no hay que hacer abreviaturas, el esfuerzo debe ser completo, de ahí que nunca puse km en lugar de kilómetros, por ejemplo