LLANEROS CON AROMA A PEPERINA

Llaneros con aroma a peperina
Marzo comenzaba a desandar el almanaque y el
verano parecía querer perpetuarse. El sueño que
una vez, hace tres años, comenzaba a invadir mi
mente había empezado a concretarse… Luego de
muchas horas de entrenamiento, estaba preparado
para emprender aquel desafío que veía lejano y
casi imposible en los programas de ciclismo de
América Sport… La travesía Berrotarán - Merlo,
aquellas imágenes que me motivaron a ingresar en
el mundo del ciclismo estaban al alcance de mi
mano, en vivo y en directo.
Transcurría la madrugada del sábado 03 de marzo
cuando con Patricia, “Bati” e Ivana luego de tres
horas de haber partido desde Melo, llegamos
Berrotarán. Luego de pernoctar unas pocas horas
en el polideportivo, nos levantamos para
reunirnos con el resto de los ciclistas y tomar
el colectivo que nos trasladaría a Merlo desde
donde comenzaríamos a pedalear los cien y pico de
kilómetros que nos devolverían al “portal de las
sierrras “ en el sudoeste cordobés. Allí nos
encontraríamos con nuestros amigos de Laboulaye y
Villa Rossi quienes embanderados detrás de la
Raleigh amarilla del “flaco” Oscar Manera estaban
dispuestos a emprender el desafío. En ese grupo,
con quién ya compartimos varias travesías, nos
encontramos con Alejandra, fiel escudera de su
padre, Miguel González, orgullosamente
“villarosense y su hija Amelia, Diego Fernandez,
Juan Miranda y Laura Piacensa quién, a pesar de
vivir en Córdoba no olvida sus raíces
laboulayenses. También encontaríamos otras caras
conocidas con quienes compartimos la pasión por el
mountain bike y más de una travesía por las
sierras cordobesas: el “flaco” Comba, María
Eugenia, Pablito Moyano y tantos otros… más de
cien. Todos dispuestos a emprender el desafío…
Llegar al “Filo” fue la prueba de fuego. Dieciocho
kilómetros de ascenso puro en los que las piernas
pedían “por favor” un respiro. En los paradores,
en el filo, en cada sector del trayecto se podía
apreciar la majestuosa vista del valle del Conlara
y la Villa de Merlo en todo su esplendor,
compartiendo la maravillosa sensación de ver el
mundo “desde arriba” con los parapentistas que
volaban a la altura de nuestras cabezas.
Luego de más de tres horas de trepada estábamos en
el tan ansiado “Filo” de la Sierra de
Comechingones dispuestos a ingresar nuevamente a
nuestra provincia. Allí comenzaba el ripio…
Cortadas, piedras sueltas, durísimo tramo hasta
llegar al campamento donde pasaríamos la noche.
Cuarenta kilómetros de subidas y bajadas con olor
a peperina y flores campestres, de paisajes
majestuosos, de cordialidad, de amistad, de
compañerismo…
Al final de la tarde llegamos al campamento y
luego de cruzar el río con las bicis al hombro
armamos las carpas, nos bañamos en el “Quillinzo”
y nos dispusimos a disfrutar de las empanadas, el
cordero asado y alguna que otra cerveza mientras
la guitarra sonaba hasta las tres y pico de la
mañana.
Al día siguiente, luego de un desayuno campestre
partimos hacia nuestro destino final: Berrotarán…
Nuevamente los aromas serranos inundaban nuestras
vías olfativas y el paisaje del valle de
Calamuchita dejaba ver , desde las alturas , su
imponente lago que culmina en el embalse del río
tercero y varias villas y poblados serranos. Más
adelante, las canteras anunciaban que las
distancias se estaban acortando y que nos
acercábamos al final del camino. Llegamos a la
ruta pavimentada y nos encolumnamos para ingresar
“triunfantes” a Berrotarán.
La llegada fue emocionante… Sonaban las sirenas de
bomberos y policías, la gente saludaba desde cada
esquina, desde cada casa, haciéndonos sentir
“campeones del mundo” por haber concretado
nuestro sueño.
En el polideportivo nos esperaba una choripaneada,
la entrega de presentes y el abrazo final…
Gracias a un grupo de empendedores , “bikers”de
Berrotarán y la gente de la “muni”, liderados por
el “loco” Testa, aquella “gloria” futbolística de
Belgrano de Córdoba, quienes desde hace catorce
años vienen organizando maravillosamente la
travesía, un nuevo objetivo había sido cumplido y
podíamos regresar felices a casa, a transitar
nuevamente los caminos del llano pero recordando a
cada instante aquellos paisajes majestuosos con
“olor a peperina”.

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#490673Fecha: 07-09-2012