Laurent Fignon. (La Leyenda Continua) ( Parte 4 de 6 )

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#427032Fecha: 21-11-2011

Laurent Fignon -
Genio y Figura. Su Vida. Su historia deportiva.

Una historia escrita por Gerardo Fuster de Carulla

Continuación : Parte 4.

Pero la consagración definitiva de Fignon, tras el
triunfo en el Tour de 1983, se vio altamente
reforzada al año siguiente, al destacar con cierta
soltura en el Giro de Italia. Se clasificó en
segundo lugar tras Francesco Moser, vencedor
absoluto y admirado con creces por los “tifosi”
italianos. Aquel resultado fue el trampolín que
despertó las esperanzas vivas de los franceses
ante la ronda gala. Se registró la presencia al
unísono de aquel dúo dinámico que impresionaba a
cualquiera y que lo componía el tándem Hinault-
Fignon, una fortaleza casi inexpugnable.

No hubo vuelta de hoja para Laurent Fignon, que se
alineó luciendo la camiseta tricolor de campeón de
Francia. Su hazaña en el Tour de 1984, no
consistió solamente el de que se impusiera en nada
menos cinco etapas, destacando entre ellas la del
sector de contrarreloj de Le Mans, la séptima, de
67 kilómetros, y la cronoescalada posterior,
celebrada en las pendientes al puerto de La
Ruchère, que se localizaba en el corazón de la
admirable región de La Chartreusse, adornada con
sus luctuosos bosques crecidos en los mismos
Alpes. El cronómetro, como siempre, fue el juez
severo de la contienda. Las manecillas del reloj
tuvieron una influencia decisiva en el resultado
final de la prueba.

Lo importante, lo más trascendente, fue que Fignon
se erigió como ganador inapelable del Tour frente
a Bernard Hinault, con un botín holgado de diez
minutos de ventaja. El corredor bretón, no lo
olvidemos, llevaba en aquel entonces la suma de
cuatro victorias absolutas en la ronda gala, la
máxima competición del calendario ciclista. Habían
sido en los años 1978-79-81-82, lo cual en buena
lógica engrandecía su prestigio. Estadísticamente
hablando, Hinault era una notoriedad que se
cotizaba en gran manera. De ahí que los
entusiastas admiradores del corredor parisino se
sintieran cómodos enalteciendo la brillante
trayectoria marcada por aquel ciclista que,
aparentemente, repetimos, más bien parecía
desempeñar la labor de ser un simple maestro de
escuela, o un docto profesor universitario.

Fuente: www.amigosdelciclismo.com