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Para debatir...

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Las pulseras del poder...
Dos surfers, los hermanos Troy y Josh Rodarmel, peinaban olas en Orange County cuando tuvieron una idea loca: fabricar una banda de silicona, pegarle dos hologramas, adjudicarle propiedades paranaturales y venderla por toneladas.

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La idea bajó del mar a los mostradores y en 2007 nació Power Balance, que se transformaría en furor y amuleto, objeto de deseo y marca aspiracional. Desde el principio, muchos se preguntaron qué hacía en realidad, mientras que otros prefirieron simplemente seguir corriendo.

"Todo tiene una frecuencia: celulares, wi-fi, ondas de radio. Algunas reaccionan negativamente con el cuerpo, otras positivamente. Descubrimos cómo meterlas en un holograma que te proporciona equilibrio, fuerza y flexibilidad", se entusiasmaba Josh ante la prensa. Pertrechados con ese speech, los Rodarmel repartieron 50 mil pulseritas en una feria de deportes en San Diego. El boca en boca derivó en amigos más conocidos, después en acuerdos comerciales y por último en el salto definitivo.

El fenómeno NBA Shaquille O’Neil y el corredor de F1 Rubens Barrichello se convirtieron en la cara de un producto que a fines de 2008 desembarcó en Europa. En España se visibilizó en torneos de paddle, golf, hipismo y surf. El plan de negocios tuvo su jugada maestra con un acuerdo para calzarles las pulseras a los participantes del Gran Hermano: PB vendió más de 300 mil unidades. La silicona no cuesta más de un euro, pero se comercializa a 35. Sólo en 2010, las ganancias mundiales de la empresa fueron de 35 millones de dólares.

Una banda de silicona conquisto el mundo y la usan tanto Cristiano Ronaldo como tu vecino. te contamos la historia de dos surfers que le atribuyeron poderes energizantes a una pulserita de goma, la bautizaron "Power Balance" y se hicieron millonarios. Y, por las dudas, la probamos.

En la Argentina empezaron a verse a fines de 2009. Las trajo ASG, una agencia de treintañeros fanáticos de los llamados deportes extremos. Pablo Bedorrou (director de ventas) es de Villa La Angostura y aprendió a dominar la montaña gracias a dieciocho años de Club Andino. Ariel Fernández (brand manager) se enamoró del kitesurf en México y Hawai.

El CEO, cuyo nombre se pidió no revelar, parece recién salido de las escolleras marplatenses. Conocieron las PB en sus viajes deportivos e intuyeron que ahí había algo. Si no un milagro, definitivamente un negocio. "Probamos una tanda de cien con nuestros amigos, para que vieran qué pasaba navegando, surfeando. La respuesta fue muy buena", cuenta Pablo. Cuando salió la representación oficial para Argentina y Chile, decidieron copiar el modelo español: capacitaron a sus amigos -futuros vendedores-, esponsorizaron eventos, llegaron a los negocios especializados.

Las pruebas impactaron tanto, dicen, que hubo un antes y un después. Hay tres variantes: sin la pulsera, pararse con un pie levantado mientras te presionan un brazo hacia abajo hasta perder el equilibrio; pararse derecho con alguien al lado que trata de vencer tu estabilidad con el puño en tu mano cerrada; girar el torso con el brazo extendido, lo más que se pueda. Después se repite con la banda puesta y -si tenés suerte o fe- no te caés, no cedés, girás más.

Hoy PB tiene en el país más de trescientas bocas de expendio en casas de deportes, farmacias y canchas de golf y tenis. Aunque no dan cifras oficiales, admiten que vendieron más de 30 mil. Lo que más preocupa a ASG son las copias truchas ( "es muy probable que no sea más que una pulsera de goma" ) y el contrabando. Por eso ya tienen sabuesos que siguen los números de despacho hasta llegar a la Aduana. Puertas adentro, promocionan el producto con una mezcla de ataque y defensa.

Por un lado, Pablo recuerda: "Los mejores deportistas del mundo usan la marca. Más prueba que eso no puede existir". Es cierto: la llevan los españoles campeones en Sudáfrica y los hipermarketineros David Beckham y Cristiano Ronaldo, además de argentinos como Javier Pastore y Ever Banega. Pablo avanza ( "nos ha llamado gente que perdió la vista, se compró la pulserita y está más equilibrada" ) y se repliega: "No es medicinal, no cura nada, pero todo se mueve basándose en la fe. El que la tiene confía en que le está dando algo y ahí empieza a correr el ciclo de creencia. Es como cuando vas a la Iglesia. Si sos creyente, funciona".

La estrategia es lógica. En noviembre de 2010, la Junta de Andalucía le impuso a PB una sanción de 15 mil euros por publicidad engañosa. Seis meses antes, un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid había concluido que el producto no tiene efectos sobre el equilibrio. En Italia, las sanciones fueron mucho más duras: 350 mil euros a la distribuidora local, después de que volvieran a descartarse sus efectos beneficiosos. Lo peor llegó justo en Australia, meca surfer.

La empresa fue obligada a devolver el dinero a los compradores que se hubieran sentido estafados por su publicidad engañosa y a publicar un anuncio donde admitía que no hay evidencia científica sobre su funcionamiento. La cadena siguió en enero de este año, cuando una firma de abogados de California reclamó a la compañía cinco millones de dólares para compensar a sus clientes.

En ASG siguen creyendo. Pablo dice que la pulserita desarrolla el hemisferio cerebral no dominante, la energía corporal se distribuye mejor y así se fortalece el equilibrio. Asegura que "el mylar (material del holograma) se basa en una técnica muy ancestral con piedras y en componentes que equilibran el chakra".

Ariel ensaya una argumentación más técnica: "Al holograma se le graban iones, emite una frecuencia y eso es lo que te hace interactuar con el cuerpo". El ingeniero químico Hugo Donadini explica que "el mylar es un polímero, un plástico de tipo poliéster, que se usa en forma de film y es aislante; es utilizado en aplicaciones tecnológicas y no tiene nada que ver con «técnicas ancestrales con piedras». Un holograma es una imagen tridimensional. ¿Cómo puede tener «grabados» iones, que son partículas cargadas?".

A Ariel no le importa. "La probé, hice las pruebas y flasheé. Estaba mucho más equilibrado. Hoy no me la saco ni para dormir ni para bañarme." Pero también reconoce que hay un componente psicológico. "Si te la sacaste y te caés, decís: «Es por no tenerla puesta»." Exactamente eso le pasó a Cintia Cejas.

Mientras entrenaba para el exigente Cruce de los Andes de febrero, la corredora y maratonista amateur empezó a sentirse mal y decidió quitarse la pulsera. "Quedaba un día de entrenamiento largo y me caí de lleno al piso mientras trotaba. Seguí corriendo y me volví a tropezar dos veces. Así que decidí volver a usarla. ¡Creer o reventar!" Más allá de las caídas eventuales, ¿por qué es tan importante aumentar el equilibrio? Cintia explica que si el sistema no está equilibrado, no sólo baja el rendimiento, sino que comienzan las lesiones, porque empezás a pisar mal o a hacer malos movimientos.

Mariano Basile fue goleador de la primera división del handball argentino -jugando para Ward- en los últimos tres torneos, performance que lo llevó a vestir la camiseta albiceleste. Un compañero se la recomendó y empezó a usarla en entrenamientos y partidos. "No siento ni creo que haga algo para mejorar el equilibrio, la fuerza ni la resistencia", opina.

Unos meses después de estrenarla, se dio cuenta de que una decena de compañeros la usaban, aunque ninguno piense que realmente funcione o mejore su rendimiento por el hecho de contar con un holograma que trabaja con sus campos energéticos. Adriana Mirella -profesora de Educación Física y psicóloga del Centro Argentino de Excelencia Deportiva- conoce a futbolistas, tenistas y entrenadores que "hacen referencia a un efecto placebo más que a modificaciones en su rendimiento". Todo apunta a la sugestión: "La vulnerabilidad humana puede depositar en ciertos objetos (ropa, cintas, medallitas) creencias de todo tipo. Somos propensos a creer o a desconfiar de ellos y, así, a enunciar nuestras propias profecías autocumplidas". Las pulseritas tenían todo para ganar en un mercado permeable.

Muchachos esto me parecio interesante publicarlo porque ahi deja bien claro que el tener fe y el efecto placebo que se genera es lo que te hace efecto sobre el cuerpo.
saludos...

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