Publicación: 17-08-2009
Número: 215245
Número: 215245
Triste y solitario final...
Cuando entré a H. Bell, todo parecía abandonado. Pero por ahí, al fondo, un hombre alto, con su perro y su bigote cuidaban unos chanchos que hociqueaban en la estación. Ese lugar da lástima, es lo único que se me ocurrió. No me quedé más de 10 minutos, seguí camino a Ramón Biaus.