IMPORTANTISIMO-GLACIARES
SUMA MÁS REPUDIOS DE LOS AMBIENTALISTAS
La ley de protección de glaciares que vetó Cristina vuelve al Congreso
La Comisión de Recursos Naturales de Diputados busca que se discuta otra vez. Si es aprobada, la Presidenta ya no podrá volver a vetarla. Cristina será responsable de la destrucción de los glaciares , advierten los ambientalistas.
12:22 | 18.11.2008 El veto presidencial sobre la ley de protección de glaciares cayó muy mal entre los ambientalistas.
La comisión de Recursos Naturales y Conservación del Ambiente Humano de la Cámara de Diputados intentará volver a darle dictamen favorable al proyecto de ley de protección de glaciares, luego del polémico veto de Cristina Fernández de Kirchner. El objetivo es que vuelva a ser tratado en el recinto.
La decisión de la Presidenta despertó reacciones negativas desde todos los sectores, pero también sospechas de que con esta medida se beneficiaba a las empresas mineras multinacionales que operan en la Cordillera de los Andes, principalmente en la provincia de San Juan.
El líder de la ONG Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM), Raúl Montenegro, en diálogo con Críticadigital, atacó duramente el rechazo presidencial. Cristina se va a tener que hacer cargo de su corresponsabilidad en la destrucción de los glaciares nacionales. Es un cóctel fatal entre la incompetencia de la secretaria de Medio Ambiente, Romina Picolotti, y los consejos de la Secretaría de Minería.
Luego Montenegro fue más allá y habló de un claro mensaje hacia las mineras. Con este veto, tienen vía libre para seguir explotando a mansalva el suelo argentino.
En tanto, los directivos de la Asociación de Abogados Ambientalistas afirmaron hoy mediante un comunicado que el veto de la mandataria permite la explotación minera indiscriminada, cuyo principal exponente es la mina de Pascua Lama, que se realizará ahora sin ninguna contemplación ambiental a pesar de la numerosa existencia de glaciares en la zona de explotación .
El sentido final de la ley 26.418, sancionada por legisladores de ambas cámaras el 22 de octubre pasado, era proteger todos los glaciares de la Argentina. Pero con el veto la Presidenta deja a las masas de hielo de todo el territorio verdaderos reservorios de agua dulce, oro, cobre y otros tesoros sin un marco jurídico que las preserve.
LOS CAMINOS DE LA LEY. Una vez que llegue a Diputados se necesitará de los dos tercios de los votos positivos tanto de la Cámara Baja como luego en el Senado para transformarse la ley. De lograrse, Cristina estará obligada a promulgarla.
La ley había sido aprobada por unanimidad en la Cámara Alta con 47 legisladores presentes y en concreto prponía la creación de un Inventario Nacional de Glaciares, como lo posee Chile.
En su artículo 6 prohibía que en los glaciares y su entorno se realicen actividades que puedan afectar su condición natural o que impliquen su destrucción o traslado o interfieran en su avance.
Pero Fernández de Kirchner argumentó en el decreto 1837/08 que los gobernadores de provincias andinas temían que la ley de glaciares amenazara el desarrollo de sus regiones. El texto del veto agregó que era excesivo prohibir la actividad de minería o perforación petrolera en los glaciares y en las llamadas áreas peri glaciares que bordean los glaciares.
LA SOMBRA DE BARRICK GOLD. La ley aprobada el mes pasado por el Congreso amenazaba los planes de la mayor firma minera mundial de oro, Barrick Gold Corp, para construir una mina de u$s 2.400 millones en los nevados picos de los Andes entre Argentina y Chile.
El proyecto sanjuanino Pascua Lama, de Barrick, enfrentó un torrente de protestas de activistas verdes en Chile, pero finalmente recibió la aprobación del gobierno de ese país después de que la compañía prometió no tocar los glaciares andinos que bordean el remoto sitio. Poco después, obtuvo la aprobación de las autoridades argentinas.
No obstante, la firma no ha podido comenzar con los trabajos en la mina debido a una disputa entre Argentina y Chile sobre cómo compartir los ingresos fiscales del proyecto transfronterizo, y por la estructura impositiva que debe afrontar Barrick en la Argentina, superior a la que paga en Chile.