Desafiando al Acay

Desafiando al Acay.
Y al final llego el día tan ansiado, después de sufrir la pandemia, que todavía, dicho sea de paso, no termino, y después de dos años de la última salida grupal, después de mucha planificación, de hacer las rutas de ponerse deacuedo con los caminos que se transitarían, después de buscar los mejores lugares para poder tener un sueño y un descanso reparador, al fin llego el día.
Y así nos pusimos en movimiento, concretamente el día de inicio fue el 9 de noviembre, bien de madrugada pusimos rumbo hacia la querida Salta. Después de varias horas de viaje, incontables horas de viaje, la adrenalina a full, incontables anécdotas de viaje, llegamos a la capital salteña, donde haríamos noche en lo que sería la primera de ocho noches en el norte de nuestro querido país, registro en el hotel, duchazo para sacarse la modorra y salir a buscar un lugar para comer algo, en realidad el lugar ya lo tenía de un viaje anterior, un lugar en el que se comen las mejores empanadas salteñas, juntada con otros amigos de la “Republica de Córdoba”, y a continuar con las anécdotas y los comentarios de lo que se espera para lo que viene.
Se habían planificado rutas y actividades para todos los días que duraría nuestro viaje, pero lo que más nos importaba era lo que sucedería el viernes 12, ese era el día por el que habíamos soñado todo el trayecto; y después de pernoctar en el pueblo de La Poma, a tan solo 3015 m.s.n.m. (según google earth), el día D finalmente esta sobre nuestras narices para poderlo desandar, luego del desayuno y ya listos para subirnos a nuestras bicis comenzamos a subir lenta pero inexorablemente el camino hacia el Abra.
El abra del acay es, según turismoruta40.com.ar, (4948 m.s.n.m. según google earth)
“El Abra del Acay también conocido como Abra el Acay, en Salta, es el Punto más alto de la Ruta 40 con 4.895 metros que aquí cruza un paso entre los Valles Calchaquíes y la Puna.

Al este se yergue el Nevado de Acay, cumbre que tiene una altura de 5750 msnm. El agua del deshielo de la zona del Abra llega al Atlántico a través de los ríos Calchaquí, Juramento, Salado, Paraná y de la Plata.

Es el paso carretero más alto de la Argentina, de América, del Hemisferio Sur y del Hemisferio Occidental. Para encontrar uno de mayor altura hay que viajar a Asia.”
El reto estaba planteado, y así lo tomamos los 14 amantes de la bici que, como dije anteriormente, lentamente comenzamos a subir. En este punto cabe mencionar que los ciclistas son: (por orden alfabético) Marcelo Aguet, Ricardo Bidal, Leonardo Carabetta, Jorge Caseres, Nicolas Chevallet, Oscar Chevallet, Fabricio de Lima, Juan Del Vigo, Miguel Gonzalez, Hernando Maxit, Oscar Mercuri, Jorge Premat, Daniel Schesi, Miguel Sinigaglia.
El día se presentó con bastantes nubes sobre las montañas, pero un haz de luz comenzó a surgir desde el este y se dejaba mostrar sobre las cumbres del oeste, sin embargo los nubarrones no se disipaban sobre el norte, lugar al que nos dirigíamos, lentamente fueron pasando los kilómetros, y también lentamente, esos nubarrones comenzaron a difuminarse, para dejar ver un cielo azul infinito, que junto a un sol espléndido hizo que la experiencia de pedaleo fuera el ideal de todo ciclista para esas latitudes. Poco a poco la subida fue cobrando cada vez mas gradiente, y poco a poco esta subida fue cobrando (quizás su peaje), así que de esta manera fueron quedando en medio del camino aquellos que no pudieron con tanto esfuerzo, pero hubo algunos que no dieron el brazo a torcer y de una u otra forma, encima de la bicicleta o echando pie a tierra, lentamente, pudieron hacer cumbre a los 4895 m.s.n.m., los que llegaron son: Jorge Caseres, en impecable condición física, Ricardo Bidal, otro que no sufrió la altura del camino, Oscar Chevallet, también en impecable estado físico, sin sufrir las condiciones de altitud, Nico Chevallet, uno de los que a pesar de que la altura hizo que le sea más difícil la subida, finalmente llego junto a su padre, inolvidable foto de abrazo entre ellos, y Daniel Schesi, quien también sufrió del mal de altura, pero que no aflojo en superar y superarse a sí mismo.
Ya no importa cuánto tiempo llevo la subida, lo más importante, creo, es que algunos la conquistaron, otros lo intentamos; y finalmente pasamos, todos, un gran momento que quedara guardada en nuestras mentes y en nuestros corazones.
Nos queda la satisfacción del hecho de haber intentado, desde los 27 m.s.n.m. en que nos encontramos en Colón, Entre Ríos, el intentar hacer cumbre en lo que se da en llamar el “Aconcagua de los ciclistas”.
Gracias a nuestros choferes, que si ellos hubiera sido un poco más difícil la ascensión. Roberto Bochatay y Raul Vernaz. Y a los dueños de los vehículos en que nos trasladamos, que sin ellos directamente sería imposible cualquier desafío. Jorge Premat y Juan Del Vigo.
Hasta la próxima salida...

En las fotos: En el Abra del Acay, en La Poma, Jorge (azul) y padre e hijo, quienes llegaron a la cima, junto a Ricardo y Daniel.