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Cómo es andar en Tándem?
No fueron muchas las veces en que pude ver una
bicicleta tándem y ni remotamente se me dio la
oportunidad de montarla, sin embargo siempre me
despertaron la admiración.
Íntimamente sentía que en algún momento se iba a
presentar la ocasión para subirme a una.
Y ahora con casi 3000 km andados de la travesía
5000 km en Tándem Recorriendo Nuestra Tierra que
nos propusimos para el 2011, puedo decir que se
dio esa oportunidad. Sin embargo para llegar a
ello antes tuvo que darse algo determinante:
conciliar el proyecto con Beatriz, mi compañera,
el otro 50% del tándem.
Y si, el atreverse a subir a una bici doble
implica estar dispuesto a vivir de a dos todo lo
que el camino depare (compartir los blancos, los
negros y los grises
) y con la Bea esta
condición se cumple a la perfección.
Ya habíamos realizado algunas travesuras juntos y
algunas travesías deportivas también y sin
dudarlo, puesto que nunca ninguno de los dos había
subido a una bici doble, encargamos a nuestros
amigos de Rani Competición una de ruta (las hay de
paseo, de playa, de montaña entre otras). Es
decir, en ningún momento dudamos de nuestra
compatibilidad y de nuestras cualidades como
equipo para el tándem al punto que decidimos una
primera salida de 10 km justo un día antes de
recorrer los 160 km que unen Mendoza con San Juan.
Nuevos e inexpertos en el tándem pero
experimentados en el ciclismo y sobre todo muy
entusiasmados y altamente motivados realizamos
esta primera etapa, la que sirvió para confirmar
que andar en bicicleta doble es una experiencia
incomparable.
Desconocemos si existe alguna técnica para
manejarse en estas bicis, tal vez la haya, pero de
todos modos nosotros vamos armando la nuestra
con los sucesivos kilómetros recorridos. Y es esto
lo que queremos compartir en este relato: la
experiencia de viajar de a dos.
Se conoce con el nombre de Capitán al ciclista que
va adelante y de Fogonero al que lo hace detrás.
Dicen que el primero debe ser el miembro más
experimentado sin embargo nosotros hemos probado
que el Capitán tiene que ser, en principio, el más
fuerte porque es necesaria la fuerza para mantener
el equilibrio y la dirección de la bici. No
importa la destreza que uno tenga en el manejo
porque el conducir una tándem es bastante más
diferente que hacerlo con una bicicleta común, es
necesario aprender a manejarla.
El capitán además de conducir debe accionar los
frenos y los cambios, es el que tiene la mayor
visibilidad por ello la gran responsabilidad de
timonear la bici.
El Fogonero, en nuestro caso La Fogonera, tiene
que disponer de cualidades especiales
principalmente porque debe confiar a ciegas en
el Capitán. Hablamos entonces de una entrega
total. No ve el camino por lo tanto no sabe cuando
se acerca un bache, una curva, un vehículo u otra
cosa y menos apreciar el paisaje, sólo puede
hacerlo en forma parcial. Entonces debe tener una
entrega absoluta y eso es sí mismo es un valor
incalculable.
Nosotros tenemos bien repartidas las tareas y
nuestra fogonera se ocupa principalmente de
administrar el ritmo de pedaleo y la velocidad,
tarea nada fácil. Por ejemplo en las pendientes
dicta el ritmo necesario para no bajar la
cadencia, en el llano controla la regularidad de
la velocidad, en los descensos indica los momentos
del pedaleo y otras cosas más inherentes al tema.
En los momentos de tranquilidad, especialmente en
las salidas de travesía, la Fogonera asume su
papel de fotógrafa, camarógrafa, relatora, dj y,
por pedido del Capitán, interpreta canciones a los
cuatro vientos.
Mucha gente piensa que el que viaja en el asiento
de atrás no pedalea como el de adelante y eso es
una gran equivocación, porque en la bici doble el
esfuerzo de los dos ciclistas cuenta, la fuerza de
ambos se promedia primero y después se transmite
a las ruedas. En nuestro caso, ambos salimos a
pedalear con gran actitud, nos interesa mantener
un ritmo entre el 70% y 80% en las salidas de
entrenamiento y nos gusta sentir la exigencia por
ello los dos pedaleamos con la misma intensidad,
cada uno a la medida de sus posibilidades y cuando
uno de los dos baja el ritmo se nota
inmediatamente.
Un factor muy importante en esto de andar de a dos
es la comunicación.
Lo fuimos descubriendo de a poco, kilómetro a
kilómetro. Ambos tenemos a cargo distintas
órdenes para dar, yo como Capitán indico por
ejemplo: pedales! (para detener los pedales),
parados! (parados sobre los pedales), vamos
lento! (para comenzar a pedalear despacio), voy
a cambiar! (para operar el cambio especialmente
en ascenso), entre otras. Todas esas como otras
son indicaciones relativas a la mejor y más segura
conducción, sin embargo hay otras voces igualmente
importantes que se orientan a conocer el estado
del compañero.
Por otro lado Beatriz, la fogonera, se encarga de
las voces vinculadas a su tarea, tales como:
vamos con 5!... listos ya! (para indicar la
cantidad de pedaleadas de parado sobre los pedales
que se deben hacer) o viene auto (para avisar
cuando viene un auto de atrás).
Sin embargo el valor principal de la comunicación
es la relativa a la convivencia: la palabra justa
de aliento, el silencio de la tolerancia, la
palmada del compañerismo, etc. que cuando las
horas pasan, las dificultades aparecen, la
pendiente no termina o el cansancio surge son
principales para mantener la motivación activada y
la cabeza fuerte.
Las bondades de pedalear en una tándem nacen a
partir de que ni el rápido necesita esperar al
lento ni el lento apurar para alcanzar al rápido,
siguen por la preciosa velocidad que alcanza
gracias a la relación peso potencia que se logra
junto a la inercia que alcanza y continua porque a
pesar de que siendo sólo se viaja más rápido de a
dos se viaja mucho más lejos!.