Huella de Rifleros, tramo hasta Río Corintos.
Huella de Rifleros, Río Corintos, escuela Nº 18 y antiguo cementerio.
Siguiendo la recomendación que nos había dado el guardaparques del Parque Nacional Los Alerces decidimos tomar un tramo del camino conocido como Huella de los Rifleros para luego visitar la histórica escuela Nº 18, el puente sobre el río Corintos y el cementerio de Trevelin. Además de la provisión común para nuestras salidas cortas consistente es dátiles y barritas de cereal cargamos bastante agua porque el día se anunciaba caluroso. Cruzamos el pueblo e inmediatamente dimos con el inicio de la huella que en realidad es un camino de ripio que al menos en ese primer tramo permite el tránsito de todo tipo de vehículos y que es utilizado por las personas que viven y o trabajan en las chacras y campos de la zona.
Inmediatamente de iniciado el camino comienza la montaña rusa que es característica de la geografía de este lugar ya que es una zona precordillerana con muchos e importantes desniveles. Mantiene las piernas en forma, eso es seguro :) Al final de una importante y laaarga bajada (que al regreso se transformará inexorablemente en una importante y laaarga subida ) llegamos a una encrucijada, según indicaba la artesanal cartelería puesta en el lugar el camino de la derecha conducía al cementerio y el de la izquierda a la escuela 18. Como al primero de los sitios nadie tiene prisa en llegar decidimos ir primero a la escuela recorrer un poco el río y por último ir al cementerio, plan que además parece una apropiada metáfora de la vida. Seguíamos encontrando lindas bajadas pues esa parte del camino desciende al valle del río Corintos. El camino si bien de ripio estaba en aceptables condiciones de modo que no tardamos mucho en llegar a la escuela.
La Escuela Nacional Nº 18 es un lugar histórico pues allí en sus aulas en el año 1902 los colonos y pobladores del valle tomaron la decisión, plebiscito mediante, de formar parte de la república argentina pues esa zona estaba en disputa con la república de chile en el marco del diferendo limítrofe de 1897 surgido a raíz del tratado de 1881 que establecía como límite las altas cumbres divisorias de aguas, impecable tratado de no ser porque en una zona bastante amplia las altas cumbres están en un lado y la divisoria de aguas, en otro. Cosas de la naturaleza que suele ser díscola al momento de tener que ajustarse a documentos y tratados.
En 1894 se instalan allí una capilla y una escuela que es oficializada en 1895 constituyéndose en la escuela nacional más austral de la argentina. Desde 2002 en las aulas de la escuelita funciona el Museo del Plebiscito que puede visitarse en el horario de 14 a 18 hs. Puede observarse allí un hito limítrofe con la leyenda «Chile» como recuerdo de la importancia de la decisión tomada en sus modestas aulas y de las consecuencias derivadas de la misma.
Por supuesto de la escuela original no queda nada, en 1922 se construyó el actual edificio que con modificaciones es el que está hasta hoy en el lugar.
Luego de permanecer un rato allí y de interactuar con un viejo perro que nos acompañó durante la breve estadía, creo que no tanto por el ánimo de socializar sino más bien por la promesa de algún mendrugo al que seguramente le tienen acostumbrado los turistas, seguimos viaje por un camino que bajaba hasta el río Corintos, fuimos pasando por chacras con algunas construcciones bastante modernas y bellas lo que hace suponer que se utilizan como casas de fin de semana, también otras con galpones y corrales en las que seguramente viven quienes trabajan esos campos. Finalmente llegamos al río Corintos y al puente que lo atraviesa, el lugar es muy lindo e imaginamos lo bueno que sería acampar un par de días por allí, desde arriba del puente se podían observar las truchas que iban y venían en las transparentes y poco profundas aguas del río.
Con el sol del mediodía pegando fuerte emprendimos el regreso y pasamos por el viejo cementerio, parecerá extraño pero siempre que puedo incluyo dentro de los recorridos que hacemos una visita a esos lugares, por ninguna macabra inclinación mía sino por el convencimiento de que buena parte de la historia de cada pueblo se encuentra precisamente en esos sitios. Una recorrida completa por estos antiguos cementerios nos revelará, si sabemos darle la lectura adecuada, mucha información relevante. Cual si fueran capas geológicas (en este caso capas biológicas si se me permite la expresión) podremos descubrir características del desarrollo de los pueblos tales como etnias que lo integraron en las diferentes épocas, familias más influyentes o tradicionales según la importancia de las construcciones, creencias y costumbres etc. Una de las características de los cementerios que se corresponden con la época de la colonización galesa y que he visitado es que están lejos, bien lejos de los pueblos, tal vez sea una simple coincidencia trataré de saber más sobre esto pero tanto el cementerio de Tyr Halen como el de Trevelin están a varios kilómetros de sus respectivos asentamientos urbanos.
Caminamos por hileras de tumbas, algunas con más de un siglo ya se van borrando como los senderos que entre ellas discurren, leemos en voz alta algunos nombres escritos en las arcaicas lápidas, lo hacemos con respeto y con la idea de que al haber una voz que los pronuncie sus memorias son honradas y rescatadas por un momento del olvido.
Aprovechamos la sombra de unos arboles para descansar un rato e hidratarnos y de paso disfrutar del sosiego que envolvía el lugar, salvo nuestras voces y el canto de algunos pájaros ningún otro sonido alteraba el completo silencio en el que estábamos inmersos.
Repuestas las energías del cuerpo y aquietado el espíritu continuamos el regreso, pronto llegamos a Trevelin donde reponemos la provisión de agua y luego continuamos pedaleando un poco más por la RP 71, es un camino muy lindo que une Trevelin con la Villa Futalaufquen, anduvimos solamente un trecho y luego de disfrutar del paisaje regresamos a la cabaña para nuestra cita impostergable con los mates de la tarde.
Analía y Miguel
Noviembre de 2016
Opinion de Huella de Rifleros, tramo hasta Río Corintos.
Buenas tardes estimado Miguel, como siempre un relato impecable, gracias por contarnos un poco de historia, para muchos desconocida, de nuestra enorme ARGENTINA.Saludos.
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Gracias por compartir la salida, he pasado en varias oportunidades por esos lugares ya que tengo amigos en Esquel , pero desconocía la historia. Muy buen relato
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a: interguiarg
Gracias a vos por comentar Guillermo. Esa zona en verdad es muy bella, Esquel es una ciudad muy linda, cada vez que puedo me hago una escapada, estoy relativamente cerca, unos 700 km. Un abrazo.
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Una pregunta y perdón x mi ignorancia donde queda ese lugar en parte de la arg saludos abz
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