Salida a Tir Halen.

PEDALEADA POR TIR HALEN.

El Domingo cerraba un fin de semana de mucho viento, viento patagónico, fuerte, incesante, desalentador a veces. Esta vez decidimos plantarle cara e ir al valle a hacer un recorrido por un nuevo sector de chacras que nuestras ruedas aún no habían pisado. Tomamos unos mates tempraneros, medio a las apuradas y antes de las 9:00 ya habíamos cargado las bicis al auto y partíamos para Dolavon, localidad de inicio de nuestro recorrido.

Poco antes de las 11:00 ya estábamos pedaleando en una mañana bastante fría pero que prometía mejorar.

Tomamos la RP 7 destino a 28 de Julio y luego de transitar 8 km giramos a la izquierda para andar desde allí por caminos de tierra. A poco de andar nos llamó la atención una gran bandada de aves que revoloteaba en un campo cercano a la ruta, seguíamos mirándolas volar mientras nos acercábamos, no sin cierto embeleso hay que decir porque coincidirán conmigo que pocas cosas hay más poéticas que el vuelo de un pájaro en el cielo azul de la mañana. Al aproximarnos la visión poética se esfumó de repente bajo la influencia más terrenal de un inconfundible olor a ¡chiquero de chanchos! Es que las aves revoloteaban porque trataban de birlar a los porcinos algunos granos del contenido de sus comederos, intención que naturalmente no era muy bien tolerada por los robustos marranos que con chillidos y dentelladas procuraban espantar a los indeseables convidados y de ser posible manducarse alguno también.

Aves y puercos en un solo cuadro sintetizando lo etéreo y lo terreno constituían una visión fellinesca que no podía dejar de fotografiar, así que detuve mi bici y registré el instante e “instantáneamente” partimos del lugar para escapar del aroma un tanto agresivo que el viento traía hacia nosotros.

Poco más adelante encontramos la capilla galesa Bethel de Tir Halen (Capel Bethel) que está en ese sitio desde 1901. Las capillas eran el centro sobre el que giraba la vida de la colonia, no sólo se utilizaban para los cultos, sino también para impartir enseñanza y como centros de reunión de la comunidad en oportunidad de tratar y decidir temas importantes para los colonos.

El viento seguía bastante fuerte pero nuestra trayectoria que zigzagueaba siguiendo el trazado de las chacras nos permitía recibirlo desde diferentes ángulos lo que hacía más fácil avanzar.

El camino previamente proyectado debía llevarnos al cementerio Tir Halen, notarán que tiene el mismo nombre que la capilla, eso se debe a que ambos pertenecen a la zona rural denominada así por los galeses debido a la composición salitrosa del suelo. “Tir Halen” significa precisamente “tierra salada”.

Luego de unos kilómetros más llegamos al cementerio, es un lugar cuidado y pulcramente arreglado, desde la puerta de entrada se sigue un camino principal y al final del mismo se puede ver una bella escultura del artista Sergio Owen descendiente de galeses nacido en Gaiman.

Sergio Owen es un gran escultor y muchos de sus trabajos pueden apreciarse en la zona. “La vida dormida” fue puesta en el lugar que ocupa actualmente en el año 2010. Algunas de las obras de Owen que podemos encontrar en la zona son: Monumento a los Primeros Colonos Galeses (Tom Bach), Monumento a las Antiguas Parteras (28 de Julio), Monumento al Agricultor (Bryn Gwyn).
Muchos de sus trabajos se inspiran en la figura femenina a las que el escultor ha sabido dar gran impresión de movimiento.
El entorno potencia la sensibilidad que transmite esta escultura.

.En ese lugar del valle hay un silencio profundo, el único sonido que se oye es el del viento y el de nuestros pasos andando entre historias antiguas dormidas bajo las piedras.

La creación del cementerio data de 1910 por lo que pueden encontrarse allí viejas tumbas con reminiscencias de la cultura celta (gales es una de las conocidas como “naciones celtas”).

Luego de un rato continuamos nuestro camino, el viento soplaba más fuerte y por los próximos kilómetros lo tendríamos de frente. Poco después del mediodía llegamos al lugar conocido como “Turbina de Crokket”, el lugar tiene ese nombre porque el pionero norteamericano Juan W. Crockett, nacido en Estados Unidos en 1859 e instalado en la localidad de 28 de Julio en 1920 trazó un canal y llevó las aguas del río chubut hasta ese lugar en el que logró un desnivel de unos siete metros, allí encauzó el agua en construcciones de piedra llevadas a lomo de mula y la hizo pasar por una turbina que proporcionaba la fuerza para mover mediante poleas las máquinas de una carpintería un aserradero y una herrería, además mediante bombas centrífugas movidas por la misma turbina logró hacer subir agua a la meseta para regar sus cultivos. Crockett se trasladó a Buenos Aires en 1937 y murió allí en 1938. Las instalaciones quedaron abandonadas y desaparecieron con el tiempo aunque permanecieron las estructuras de piedra. En 1980 la familia Calvo retomó la idea de Crockett y con no menos esfuerzo volvió a hacer funcionar una nueva turbina, pero esa es otra historia.

Continuamos nuestra ruta por los caminos de las chacras siguiendo el mapa que habíamos trazado con google maps (nuestro gran aliado en estas salidas). En una encrucijada interpretamos mal la ruta y tomamos la dirección equivocada, afortunadamente no hubo más consecuencias que tomar la ruta de regreso en un punto distinto al planeado. El viento se había puesto realmente fuerte, de a ratos se nublaba y la temperatura descendía. Lo más rápido que nos daban las piernas regresamos a Dolavon, cargamos las bicis y regresamos satisfechos a casa.

Analía y Miguel, agosto de 2016.

PD: Quienes deseen ver mapas y perfiles los encontrarán aquí:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=14414870