Cronica de un viaje en bicicleta : Miramar Mar chiquita
Cronica de un viaje en bicicleta : 418 km en bicicleta para conocer Miramar, el mar cordobés.
Estoy en miramar, ya escribiendo esta crónica como acostumbro. Saco conclusiones como que a veces, no me fijo bien en el camino, sino solo en los destinos. Miramar es hermoso, pero fue muy duro llegar hasta acá.
Arranqué mi viaje un jueves temprano, pasando por toda la ciudad de Cba y llegando a la salida más temida, una zona muy fea que desemboca en general Paz. Por suerte no pasó nada, pero me sentía un poco desolado en una ambiente un poco extraño, con una ruta llena de fábricas por lo menos hasta llegar a Río Primero. Si bien la ruta está linda, hay muchos camiones, autos, y esta semana santa con feriados que hace que se llene de turistas.
Pasé por muchísimos pueblos, rarísimos algunos con particularidades como unos tanque gigantes de una planta de Ypf.
Los pueblos siguientes a Montecristo tenían una particularidad que los unía. Eran todos pueblos generados por las estaciones ferroviarias. La intervención que tomaron en el Depto. de Rio 1° fue una refuncionalización de estas antiguas estaciones ya algunas en desuso. Si bien es algo simple, sencillo y que no genera impacto visual, como arquitecto uno le sorprende que estas cosas no pasen en ciudades más habitadas que estos pequeños pueblos. Una genialidad.
La primer parada me sorprendió con una hermosa Iglesia.
Un pueblito en el que no había mucha gente, no corría un soplo de viento y hacía mucho calor. Yo ya comenzaba a flecharme.
El hotel donde paré no tenia ningún lujo, y realmente era un poco feo. Pero lo que importa cuando uno viaja no es eso, no salgo de vacaciones, salgo a recorrer cada rincón de mi país, lo importante es conocer, aprender, y viajar.
Así me sorprendió el 2° día de viaje antes de partir hacia Miramar. Una luna llena que llegué a fotografear. Un día fresco y hermoso para pedalear, y con muchos km por delante (más de 120). Quería llegar lo antes posible a miramar ya que tenía solo un día para conocerla entera. La ruta, igual. Muy aburrido el viaje para llegar hasta acá, pero en fin, me entretuve con algunas particularidades que me brindaban estos pueblos, como el Cristo Gigante, la gran atracción turística de este pequeño pueblito en donde pude conseguir un poco de agua helada.
Que haya habido tantos pueblos nos es muy bueno, porque uno se tienta a descansar cada 20 km en vez de cada 50 como tenía pensado, el viaje se hace más largo y aburrido de esa forma, pero realmente no había nada y poco para ver. Por suerte, ningún percance ni fallas técnicas, la bici responde, las piernas también. Pero mi cabeza quería llegar.
Ya estoy en miramar, después de 2 días de viaje y recién me pongo a escribir. Ni bien llegué, parecía como estar entrando en una ciudad realmente con mar, playa, se notaba arena en las calles, anchas, muy limpia. El problema con el que me encontré es que no podía encontrar hospedaje por ningún lado, esto me quitó quizás 2 hs, solo quería bañarme y comer, y algun sucucho donde dormir a la noche. Estuve pedaleando hoy casi 7 hs en total , y ya no doy más.
Por suerte, tengo esa cosa de charlar con todo el mundo, y charlando conseguí una pieza en una casa de una sra. que me la alquiló por casi nada, quería quedarme 2 días jaja.. la carpa era imposible. En soledad da mucho miedo dormir solo y al otro día amanecer sin la bicicleta al lado.
En fin, ya estoy acá y estuve recorriendolá entera. El mar es inmenso, y las historias que oculta son más grandes aún. Una ciudad o parte de ella está bajo el agua. El hotel Viena, una cosa maravillosa, una reliquia arquitectónica en el que la gente solo aprecia su estado de abandono, ya que le da una postal a la ciudad.
No pude entrar pero dicen que tiene mucha mística, historias e historietas jaja. PEro bueno, me conformé con fotografiarlo por fuera, tratar de sacarle el jugo máximo a lo que se podía.
La vista que tenía este hotel, es inmensa. La laguna en sí es como un espejo gigante de agua, con algunas ruinas en sus costas, que atraen a los flamencos a pararse arriba de ellos. Un show, único.
La playa de miramar se encuentra en el otro extremo de la ciudad, y tiene algo sencillamente particular que es una paz inmensa. Este espejo solo hace que lo veas y lo veas, aunque no tiene nada, es simplemente una belleza natural que merece ser vista por horas. Los pájaros vuelan por encima, casi tocando el agua, algunos son flamencos, otros no se que son, pero son inmensos. Los botes, los barquitos, la gente en las ruinas, es un paisaje distinto a lo que estoy acostumbrado viajando en bicicleta, es por eso que me atrae tanto.
Lo mejor de este lugar, y lo que mucho me impusló a venir, es el atardecer. Dicen lo que vi, que es imponente la forma en la que se esconde el sol. Horas sentado a la horilla tomando una coca, muy quemado, muy cansado, pero con una paz interior que solo te da este lugar. El show que te da este lugar es tan largo como los minutos que esperé sentado a que se esconda el sol. Solo, la gente va en pareja, así que más que charlar con algunos jubilados no tuve.
Mi cámara estaba preparada como quien apunta con un arma, con el gatillo listo. Saqué como 100 fotos en un lapso de hora y media, no quería perderme un minuto de este sol gigante escondiendosé en el final de la tierra. La mejor foto que saqué fue esta, y aseguro que fue muy dificil logar tanta nitidez con un sol que encandila el lente.
Pensaba que se terminaba el viaje acá, pero no. Decidí quedarme unas horas de la mañana del día 3 para recorrer la laguna en lancha. No sabía mucho de que se trataba y hacía años y años que no subía a un barco. Por suerte era seguro y el tipo le ponía mucha onda. Conocimos de nuevo el hotel y su triste historia. La laguna es un sinfin de agua en donde no vez más nada que el límite visual de tus ojos.
La cantidad de pájaros se empieza a hacer presente. El fin de este viaje en lancha fue conocer la isla de los flamencos, dicen...es asombroso verlos volar:
Cuando llegamos hasta el final del recorrido donde pegamos la vuelta, la lancha flotaba a solo unos 30 cm del suelo, por momentos la lancha no avanzaba y nos quedabamos encallados en la arena. Mientras tanto, teníamos un espectáculo: miles de flamencos rosados, parados, volando, comiendo, vaya a saber que hacen en este lugar, pero acá están siempre, en la isla de los flamencos.
El viaje se hizo corto porque realmente estuvo increíble. La vuelta fue igual de aburrida, pero se le sumaron problemas como 2 pinchaduras, y una llegada a córdoba en la tarde que metía el mismo miedo que a la salida.
Me despedí de Miramar, con una sonrisa en la cara. Me volví contento de saber que hay lugares tan increíbles como este en nuestra provincia, a tan solo dos pasos o 4 días en bicicleta jaja...
Un viaje más de 418 km, sin problemas que me bajen del camino, cada vez me dan más ganas de viajar, cada vez los tiempos son más ajustados, se le suma este año más trabajo, más estudio, pero no hay que tener excusas, sino decisiones, impulsos que te hagan situarte en el camino, el resto, se va dando solo... lo importante es subirse ... Viajar en bicicleta es algo que me genera una vitalidad gigante, me da mucha fuerza para olvidar problemas y limpiar un poco la cabeza de tantas cosas que vivo en el día a día...si bien tengo las horas contadas, me las ingenio para hacerme un espacio, agarrar mis alforjas y cargarlas atrás de mi bicicleta. Siempre las traigo llena de recuerdos, amigos del camino y km de viaje... todo lo demás, es anecdotico.
TODAS LAS FOTOS : https://www.facebook.com/media/set/?set=a.10152685728280702.1073741830.788850701&type=3
Opinion de Cronica de un viaje en bicicleta : Miramar Mar chiquita
Te felicito !! Como felicito a todos los que se largan a ese tipo de viajes en solitario. Yo lo tengo permanentemente en la cabeza, pero todavía no me animé. Veremos en la primavera. Van mis diez
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a: alejandroval
no te falta más que subirte al camino, como dice la crónica. Estás a solo un pasito. Pasar de la cabeza a la realidad, es tan simple... que cuando empiezes vas a verlo y no vas a parar de viajar. saludos alejandro !
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Ojo. Tengo dos viajes a Chascomús, hechos en el día que son doscientos cuarenta kilómetros. Pero me falta agregar el tema del portaequipaje, las alforjas, hacer noche en el camino. Todo eso le debe dar ese toque de aventura que me intriga. Ya llegará. Vuelvo a felicitarte !!!
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a: alejandroval
cuando sientas que tu bici es un motorhome, no te para nadie! abrazo y gracias ale
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Gran crónica amigo. Te felicito por el detalle con el que contás cada cosa vivida. Tu relato y el de muchos usuarios son muy motivadores para encarar un desafío así y dejar un rato la tonta rutina de ser uno más. un abrazo
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a: daroxt
dale daro ! yo lo cruze. aca toda la cronica : http://www.btt.com.ar/nota/441/441648.shtml
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