La Plata-Mar del Plata en un Día

La Plata-Mar del Plata en un día:
Esta idea venía dándonos vuelta por la cabeza hacía unos cuantos años, ya una vez estuvo a punto de darse y por una simple cuestión mecánica no se pudo realizar. (ver relato La Plata-Maipú-Mar del Plata, etc.)
Lo más interesante de todo, es que lo hizo una persona sola. Son en total 395 Kms. No digo que sea imposible, de hecho se llevó a cabo –además de mucha más gente que lo ha hecho- ya sea en grupo, solo y tirando atrás en un vehículo, o simplemente aprovechando en viento norte del verano. Pero en éste caso no fue así. Uno a uno por una razón u otra fuimos abandonando el entrenamiento, y pensábamos que iba a quedar para otro año. Pero no, el último sobreviviente, Piky Camacho (56 años) se largó sólo en la madrugada del 7 de Diciembre (2004). Durante toda la semana le iba adelantando el pronóstico del tiempo, y de movida no daba buen tiempo, si bien no anunciaba lluvias, el viento siempre aparecía del cuadrante sur. Habíamos quedado en que lo llamaba al mediodía (antes de acostarse, ya que salía a eso de las 2 am. para aprovechar bien todo el día) y le di el pronóstico de La Plata, Chascomús, Dolores, Maipú y Mar del Plata. Ya anunciaba vientos más fuertes –15 a 22 kms/h- siempre del sur-sudoeste y un porcentaje de probabilidad del 30% de lluvias. Ya para el 8 y 9, anunciaba lluvias seguro.
Pese a todo esto, Piky se largó nomás, a eso de la una y media de la madrugada, ya que no podía dormir más. Equipado con luces delanteras y traseras salió a la Ruta 2 y de entrada vio que no iba a ser fácil, sumado al peligro de ser atropellado o caer de improviso en un pozo, el viento ya empezaba a molestar, calculando que no superaba los 25/28 km/h.
Una rápida parada en Samborombón y otra en Chascomús a cargar agua, comiendo frutas y pasas cada tanto, ya se veía que aclaraba, aunque la luz era poca, porque amanecía muy nublado. En caso de llover, la idea era pegar la vuelta en el primer lugar posible.
Pero el tiempo se mantuvo, mal, pero al menos no llovía. El promedio apenas se podía sostener, utilizando multiplicas cortas (42/19 a 42/15) a veces pasando al plato grande y pararse un rato en los pedales para descansar y estirar sobre la bici.
Otra parada rápida en Lezama y en Sevigné, acercándose a Dolores en el horario previsto de las 7-7.30 am. Cada tanto escuchaba en la radio el estado del tiempo en Mar del Plata, y se comunicaba por celular para ponernos al tanto del progreso del viaje.
A pesar de todos los contratiempos venía cumpliendo a rajatablas el esquema previsto para buen tiempo!.
Al mediodía –como estaba previsto- llegó a Maipú donde almorzó unas pastas con gaseosa. Parte de la gaseosa que sobró, la colocó en la caramañola que llevaba las sales de rehidratación, entarndo en erupción como un volcán!. En cada parada le preguntaban de dónde venía y adónde iba y lo miraban como si los estuviera cargando! Más o menos en 45 minutos estaba pedaleando de nuevo, esta vez más tranquilo, hasta bajar la comida. Ahí se encontró con otro ciclista de ruta que lo acompañó unos kilómetros mientras charlaban hasta volver a retomar ritmo.
Poco después de Las Armas, empezaron los dolores de piernas, calambres en hombros y cuello, en fin, la tortura tan temida. Así que paró un rato a estirar y caminar a la altura del km. 320, hasta recomponerse un poco. Hay que destacar que normalmente este tipo no suele quejarse de calambres –o no se da cuenta, según otros- así que calculo que la cosa fue muy brava.
Vuelta a pedalear, esta vez sin poder pasar de 24 km/h -cuando normalmente difícilmente baje de los 30-. Hasta que otro ciclista lo acompañó hasta la entrada de Santa Clara del Mar, dónde sólo faltan unos 20 kms para llegar.
A eso de las 19 hs. nos estaba llamando contándonos cuando cruzaba la rotonda de entrada a Mar del Plata.
En total fueron 15 hs y media de pedal con poco más de dos hs. de paradas. Ni más ni menos que lo calculado, salvo, eso sí, que se hizo en condiciones en que todos hubiésemos desistido tan siquiera de salir.
Por último, este viaje decidí contarlo yo, y no Piky, por una cuestión de pudor de él, ya que le hubiese parecido jactancioso contarlo en primera persona. Yo no lo creo así, en mi lugar todavía estaría incordiando a medio mundo con el viaje...