AVENTURAS

SAN JUSTO (PBA)- MAR del PLATA-NECOCHEA

Esta historia tiene ya varios años, la colgué en su momento, muy resumida; pero no se por que al poco tiempo desapareció. Me crucé con el borrador, enriquecí un poco el texto, busqué unas fotos que tenía archivadas; y decidí subirla nuevamente, ya que siempre habrá alguien con ganas de alguna aventura similar y le puede servir de guía o motivación. El viaje en bici lo hice solo, en concordancia con la fecha de salida de vacaciones de la familia. A quién le debo agradecer por la paciencia que me han tenido y aún me siguen teniendo
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Ya pasaron casi cuatro años de mi última travesía en bici a Mar del Plata. En el período muchas ocasiones se dieron par contarlo, me gusta hacerlo, siempre algo sorprende; pero inevitablemente surge la pregunta: y…cuanto tiempo tardaste? Ahí no me hace tanta gracia decir que tardé tres días, en realidad tres noches y cuatro días!...Pero tomé el camino largo, hasta La Plata primero y luego bordeando la costa , todo por la ruta 11- aclaro, prosiguiendo – e iba muy cargado…”cicloturismo autosuficiente” se llama…
Hace años, no recuerdo cuantos, ví una nota televisiva a un ciclista joven que, según se lo presentaba, consiguió cumplir con su aventura de unir Buenos Aires – Mar del Plata en bici en 50 horas…
Y en cuanto tiempo menos podría hacerlo yo?...40 horas?....tal vez 36 horas!....si!...ese ha de ser mi objetivo, unir la Catedral central de San Justo ( mi ciudad) con la Catedral de Mar del Plata en un día y medio….o menos!.
El viernes 31 de enero de 2008 salí de casa a las 7:15 hs de la mañana, llevaba una mochila con un mínimo de cosas: abundante agua mineral y bebidas isotónicas, frutas, cereal, etc; 2 cámaras, un equipo básico de reparación; alguna muda y pocas cosas personales.
No soy un católico practicante, pero con algo de emoción dije para mis adentros unas oraciones frente a la Catedral de “San Justo y Pastor”, antes de partir a las 7.30 hs en punto.
La primera media hora me recibió con un moderado viento en contra del Sudeste, con unas trepadas en los puentes del Camino de Cintura ( ruta prov Nº 4 ), y un sol que lentamente iba afianzando su dominio sobre la ciudad, deslumbrando mi vista, como queriendo mostrarme su omnipotencia y que se iba a quedar ahí , desafiándome por todo el viaje. Luego al tomar la ruta nac 210, dirigiéndome en un sentido mas hacia el Sur, me sentí cómodo, con un aliviado esfuerzo y con ganas de darle mas al pedal. Esta autovía se encuentra totalmente parquizada, es un paraíso para el ciclismo y el running.
En un día como el de hoy, con un cielo tan diáfano y el aire matinal que trae las fragancias de la naturaleza, es un verdadero placer para los sentidos.
Promediando la mañana voy ingresando a la zona rural, se empieza a sentir el calor.
Al tomar la ruta 6, hacia el Sudeste, vuelve a incrementarse la presión del viento, hago mi primer parada en la puerta de una estancia para reponer agua fresca y comer algo.
Apenas había retomado la marcha cuando suena el celu, comienzan las preguntas de la familia.
Cerca de las once de la mañana me desplazo por la ruta 215, hacia el Este; último tramo de ruta angosta y sin banquina antes de tomar la autovía. Con un bravo viento y muy de frente, por suerte es un trayecto corto.
Al fin estoy pedaleando por la ruta 2, es excelente, una banquina ancha y en muy buen estado; también un favorable viento del Este que acompaña. En la computadora de la bici se registran los primeros 100 km. Hago breves paradas para comer algo y cargar la caramagnola con agua y/o bebidas isotónicas que llevo en una pequeña conservadora para que se mantengan frescas. El consumo es de medio litro por hora, totalmente compatible con las estimaciones profesionales para evitar la deshidratación esta época del año.
Para las primeras horas de la tarde siento que mi ritmo ya no es el mismo, el viento se ha puesto un poco mas cruzado, del Sudeste.
Paso por “Villa del Sur”, luego en un parador de Chascomús hago un alto de aproximadamente un hora para comer y descansar un poco.
Promediando la tarde, a mi derecha , rodeada de juncos , me deleita la vista de la laguna “Chis Chis”; es estupenda. Parada, fotos, cargar agua, mensaje con el celu; y a proseguir. Por mi mente comienza a dibujarse una pizarra con los mas diversos cálculos matemáticos sobre velocidad, ritmo y tiempo; para dilucidar si llegaré a “Dolores” muy entrada la noche.
La puesta del Sol armoniza con sus tonos naranjas el paisaje rural. Cede el calor pero van en aumento los síntomas de cansancio, se pone dura la marcha, intercalo con breves caminatas en concordancia con comer y beber. Ahora una suave brisa invade con su frescura el ambiente, el aroma campestre me embriaga de placer.
No quedará mas de media hora de luz, pero para mi parada de pernocte falta por lo menos una y media o dos horas.
Pedaleo con una cadencia rítmica y monótona, y literalmente me duermo en la bici!....
Efectivamente, doy una cabeceada a la vez que retoma la tensión de las manos sobre el manubrio de la bici. Me sube un escalofrío por el cuerpo y me despabilo de inmediato.
Pongo mis mejores ganas para continuar.
Ya es de noche, las luces de los autos iluminan el camino. Ahora me doy cuenta que no preví sistemas de iluminación eficientes…al menos tengo los reflectivos delantero y trasero.
Acabo de pasar por “Castelli”, son ya cerca de las diez de la noche, y aún me falta un buen tramo hasta “Dolores”. En el horizonte unas luces dan cuenta de un “oasis” en estas oscuras pampas… un parador!...ni lo pienso!....
Ruta 2 km 201…hs 22:30…Llego rendido!...no podría ni dar ni un paso mas, son quince trabajosas horas en un día bastante caluroso, por cierto.
En el área de descanso me desplomo en unas sillas…cómodo!....
Un ruido de motor me despierta , es cerca de media noche…acaba de llegar la familia en auto con la rodante…que bueno reencontrarnos!...
Ceno pastas con algo de carne e inmediatamente a descansar en la cómoda cucheta de la casa rodante. Llevo recorridos 208 Km., ya superé mi record diario que era de 200 km
Me levanto a las 5.30 , pocas horas dormí pero bien (ya van tres noches que no duermo mas de cuatro o cinco horas). Me siento como nuevo, con muchas ganas de seguir.
Después de un buena mateada y cargar energías, vuelvo a partir a las 7 en punto.
Un suave soplo matinal me acaricia, las fragancias son sublimes; me siento muy agraciado y es un verdadero deleite pedalear en esta hermosa mañana .
Ha desaparecido todo vestigio de lasitud o cansancio del agotador día de ayer.
Los kilómetros pasan rápido, voy a 25/30 km por hora. Aprovecho el viento favorable y lo enérgico que me siento porque el día se perfila soleado y con alta temperatura.
Cerca de media mañana , en el peaje de “Maipú”, me encuentro con la familia; quien me espera con las clásicas “medialunas dolorenses” y una buena ronda de mates, descanso un rato, vuelvo a cargar agua, alimentos, frutas y a continuar. Ya no los volveré a ver hasta llegar a “Mardel”
El día está bárbaro y el viento favorable, pedaleo con breves paradas para recargar la caramañola con agua fresca, hasta pasado el mediodía, donde hago un alto en un parador. Almuerzo algo ligero y descanso una hora aproximadamente. El calor es intenso, el Sol abrasador; incomparable el placentero descanso a la sombra de la añosa arboleda, y por demás tentadora las ganas de echarse una siesta. Pero con un poco de voluntad y muchísima adrenalina por llegar retomo la marcha.
La tarde me obliga a estar constantemente sumergido en un baño de sudor, me hidrato en forma seguida, a la vez que intercalo con frutas frescas. Ocasionalmente me doy una buena refrescada en el sanitario de alguna estación de servicio. Al salir escucho a unos automovilistas quejándose por la incomodidad del viaje, hace mas de 34ºC de calor….algunos se creen que la pasan mal pero siempre hay otros que están peor!...digo.
Unos cúmulos están diseminados por el firmamento, de vez en cuando sucumbe el ardiente Sol bajo su fugaz sombra. Para mí es como una bendición Divina.
La tarde, al igual que mi viaje a Mardel, se ha encaminado hacia su inefable final; el calor no cede, mis ansias por llegar tampoco. Ya estoy en los suburbios de Mar del Plata. Tengo algo de fatiga y también un poco de jaqueca, creo que son síntomas de un principio de deshidratación. En mi cuerpo no hay ni un centímetro cuadrado que no esté cubierto por una gruesa capa de sudor, no se siente acuoso, mas bién aceitoso, pegajoso…horrible!...Pero al ver los carteles de bienvenida me olvido de todo. La piel se me eriza, las emociones se entremezclan con las ganas de llegar, aún falta para el centro, estoy en la rotonda de la av de Champagnat….y no quiero preguntar, quiero llegar por mis propios medios. Varias veces consulto al mapa, y creo que doy alguna vuelta de mas, pero al fin doy con av Luro .
Faltan 15 minutos para las siete de la tarde cuando piso la plaza San Marín…quisiera posar mejor para las fotos pero los músculos faciales se me han entumecido de la emoción, mi garganta se ha anudado y aunque trate no me sale sonreir. Tampoco puedo decir palabra alguna…aunque por dentro quiera gritarles a todos que aquí estoy después de traccionar 428 km!.... a pura sangre y pulmón!….hace poquito mas de 35 horas estaba en San Justo!....
Inmediatamente estoy frente a la Catedral, es pequeña, me persigno, le agradezco a Dios con unas íntimas oraciones…medito unos momentos. Saco unas fotos.
Al recorrer la plaza inmortalizo con una imagen un representación grafica hecha con piedritas de colores….
” Febrero 1º Viernes 2008 Mar del Plata”…
Me siento un rato y como unos cereales, va aplacando la emoción a la vez que empiezo a planificar los pasos a seguir para reencontrarme con la familia que está en Santa Clara del Mar.
El aire fresco de la costa marplatense, en complicidad con la belleza del atardecer, confabulan para que no sienta la desagradable sensación de suciedad pegajosa que envuelve mi cuerpo, sumado al cansancio de la extenuante jornada. Camino un rato por la costanera y luego parto en bici hacia destino. El viento del Este sopla con intensidad, opto por que me vengan a buscar. Es mejor guardarme para el día siguiente.
Siempre es reconfortante una ducha, pero esta debe ser una de las pocas veces que la aprecié tanto, pese a la mediocridad de los servicios sanitarios del camping. La sensación de frescura y aseo es inmensurable. Me sentí como en un oasis aunque era una noche muy húmeda y calurosa.
Ceno algo, como unas frutas y me voy a descansar. Pero la alta sensación térmica no me deja hacerlo bien, termino recostado al aire libre en una reposera.
Son casi las 5, no puedo dormir mas, doy por terminado mi descanso y comienzo a prepararme las cosas para seguir . Desayuno, una buena mateada y pido me lleven al centro de Mardel a retomar el viaje.
El desafío había sido superado, pero el entusiasmo de llegar a Necochea en bici aún estaba latente, mas allá de la insistencia de la familia, en que cumplido con mi propósito, de ahora en mas podría continuar con ellos.
Esa mañana dudé por un momento, el cielo estaba encapotado y amenazante pero no desistí aún cuando en el camino se veían unos fulgurantes refusilos lejanos.
Minutos pasaron de las 7 cuando parto desde la plaza San Martín. Un fuerte viento surero pareciera querer amedrentar mis planes, poco después una ligera llovizna hace lo propio. Me refugio por un momento, pero es débil y dura poco, retomo de inmediato.
Al tomar la ruta 88 la presión del viento se magnifica, está muy de frente y con las cuestas se potencian contra mis piernas. La ruta está en bastante mal estado. En los suburbios era de doble carril pero luego se angostó, y hay bastante tránsito pesado. La fuerza del viento es tal que en conjunto con la que provocan los camiones que vienen de frente literalmente me frenan. Por su parte el desplazamiento de los que van en mi mismo sentido, y que pasan muy cerca mío, tienden a succionarme de manera significativa y graciosa.
Hay algunas cuestas muy empinadas, que en estas condiciones han terminado por humillar mi fortaleza física, debiéndome bajar de la bici y caminar, aprovecho para hacer algún breve alto, comer algo y recargar la caramagnola.
Es cerca del mediodía, el compacto manto nuboso se ha ido desplazando, dando lugar a esporádicas islas azules por donde en algunas de las cuales Febo asoma.
El soplo ventoso persiste, aunque las ráfagas han perdido intensidad, al igual que las ondulaciones del camino. Lo peor ya ha pasado!..
Varias comunicaciones frustradas, la señal entrecortada y mensajes sin responder lograron inquietarme por un tiempo, hasta que luego logramos contactarnos y finalmente me alcanza la familia para las primeras horas de la tarde. Descanso un rato, almuerzo algo ligero y parten hacia Necochea, la que dista a unos 45 km del lugar. Se alejan ellos, pero al querer hacerlo yo descubro que está pinchada una rueda. Mi único contratiempo mecánico del viaje. Lo reparo y parto a la brevedad.
El camino es mas afable ahora, también las condiciones climáticas. Voy tranquilo, disfrutando esta parte del viaje que no estaba totalmente incluida en mis planes iniciales.
Lentamente fui devorando los kilómetros y la tarde hizo lo propio con las horas. Para las 7 llego a Quequen, conozco bien el camino, cruzo el río homónimo por el puente colgante.
Recorro la ciudad de Necochea sin acordarme del cansancio, muy a gusto y placentero. Luego me dirijo por la av 58 hacia Las Grutas, a encontrar a la familia que ya debe estar instalada en el camping.
Mi computadora marco 586 km en total, incluyendo varios recorridos extras tanto aquí como en Mar del Plata. Pasaron 60 horas desde que salí desde San Justo, 32 netas pedaleadas.
Ha sido una experiencia por demás placentera y encantadora….no dudaría ni por un instante en volver a repetirla.
Durante los días siguientes, casi por toda una semana, sentí los efectos por el desgaste de energía. Pero el recuerdo y las sensaciones vividas perdurarán por mas tiempo….perdurarán por siempre en mi mente!

#437176Fecha: 09-01-2012

Opinión de SAN JUSTO (PBA)- MAR del PLATA-NECOCHEA

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Norberc