Adiós a mi Tricicleta

Adiós a mi Tricicleta
....Un ángel sin alma se robó mi tricicleta sin saber que se estaba llevando un pedazo de mi felicidad. La até durante una hora (20.30 a 21.20 hs. del lunes 16 de diciembre de 2019) en Av. Olazabal y Ceretti, en mi querido barrio Villa Urquiza y me destrozó no encontrarla. Sentí una terrible angustia que viajó hasta ese momento en que la conocí hace cinco años en San Antonio de Areco, y más allá de la primera sensación de su andar y el viento en la cara, mi tricicleta fue además una manera de unirme a mi amada Evelyn Martinez, mi amor y compañera de vida, quién me impulsó a intentarlo y sentir la libertad de andar en un rodado. Con mi trici iba a trabajar todos los días hasta la Zona Congreso y también, fui cuatro veces andando hasta Luján en la biciperegrinación, he llegado pedaleando hasta el pueblo 20 de Junio pasando por Pontevedra, llegó a Ezpeleta, Glew, Rafael Castillo, Open Door, y ha visitado la casa de muchos amigos en Capital Federal, y el Conurbano Bonaerense; ha sido pasajero de los trenes Sarmiento, Roca, San Martín y Mitre en furgones que la distinguían por su belleza y tamaño. Me ha traído más de un dolor de cabeza con sus pinchaduras pero me supo llevar donde quisiese, con mis kilogramos, mis bolsos y mi guitarra; me ha dado salud con el ejercicio y fue el primer peldaño para considerar aprender a andar en bici. Las horas posteriores al hurto, le dediqué las lágrimas del extrañamiento, mi dolor y silencios y me cuesta aceptar que ya no está; debí sacarle más fotos, cuidarla un poco más y entender que la sociedad ya no es armónica como para seguir confiando en el otro. No es una vida la que se fue, ni un familiar irrecuperable, simplemente algo material que funcionó como fuente de bellos recuerdos que jamás podré olvidar…solamente…la voy a extrañar…