Les dejo un poco de mi historia
Mi nombre es Molly, prácticamente me crie entre bicis, a los dos años, ya andaba en el camión con mi papa, haciendo reparto de mercadería y de bicicletas a diferentes locales de diferentes pueblos de buenos aires, jugaba con puños y hacia mil y un despelotes en el taller, pero, no cabe dudas que me super divertia.
Mi historia arranca con mi abuela, en 1930, cuando ella corría para el equipo de la Raleigh, equipo femenino de pista. Ella tenía 7 hermanos, uno de ellos Santiago Adrián, tenía una bicicleteria en su provincia natal, Mendoza.
Mi abuelo por su parte corría en circuito y ruta. Y en 1935 mis abuelos se conocen, enamoran y casan. Ahí es cuando mi abuelo comienza a correr para el equipo del cuñado Bicicletas Adrian
En 1942 nace mi tia María Elena Killian Molly y en 1945 viene la familia a vivir a Buenos Aires.
En 1950, nace mi papá, Eduardo Killian, el cual corría desde su uso de razón, la pasión los perseguía y Vivian para la bici en todos sus sentidos.
En 1952, abren la primer bicicleteria en Devoto, en Beiro y Lope de Vega, en 1955 comienzan con la venta por mayor en bicicleterias en el interior de la provincia de Buenos Aires con un hermano de mi abuelo, eran dos camiones recorriendo pueblos y abasteciendo bicicleterias y cierran la bicicleteria de Devoto, en 1960, surge el auge de la bicicleta plegable de la mano de Mini Roda, la cual fue la primera ya que por más que Aurorita fue la más conocida no fue la primera en innovar con este nuevo modelo de bicicleta y ahí es cuando mi abuelo reabre una bicicleteria en San Martin y continúan con el reparto por la provincia. En 1967, mi papa comienza su vida laboral trabajando de armador de ruedas para la fábrica de Bantanti, la conocía Olimpia y con eso junta el dinero para abrir su propia bicicleteria, con tan solo 17 años y en el año 1972, se suma al reparto con su camión como hacia mi abuelo.
Mi abuelo, era un campeón nato, campeón mendocino y argentino infinidad de veces y bueno, claramente las pasiones no se olvidan así nomás no ? no dejo nunca la bicicleta, corrió hasta sus 62 años en veteranos.
En 1990, nací yo!! y no nací con un pan debajo del brazo, pero seguramente con muchas bicis, ya que desde muy muy chiquita iba con mi papa en el camión, recorriendo pueblos y acompañándolo, como cual garrapata prendida sin darle respiro.
Mediados de los 90, la crisis que abrazo a nuestro país nos obligó a tomar otro rumbo, muy alejado de la bici, en ese momento, mi papa, dejo todo lo que tenía de mercadería en el galpón que era la fábrica de bicicletas y cerró sus puertas.
Hasta que un día, con muchísimo amor y pasión pudo volver a abrir sus puertas, pero desde otro lado, desde mi energía y mi amor por ver nuevamente una bici Killian en la calle y en el 2005 este sueño se hizo realidad.
Desde ese momento, las últimas tres generaciones nos aliamos e hicimos que mi sueño sea realidad.
Nos dedicamos al armado de bicicletas de todos los tipos, desde las retro con el beneficio de tener el stock de esos hermosos cuadros y repuestos que hoy ya son como una reliquia hasta los modelos más modernos y lo más hermoso, es saber que esos cuadros pasaron por las manos de mi abuelo, es como tenerlo un ratito más conmigo. También restauramos bicicletas, las devolvemos a la vida, que es una de las cosas que más me gusta, al ver al cliente con una bicicleta de un antepasado cargada de sentimientos es una sensación muy bonita para ambos.
Nuestra fábrica de bicis recorrió muchos barrios, Santos Lugares, Devoto, Carmen de Areco, Pilar entre otros, actualmente trabajamos en Ramos Mejía y en Flores.