Mi Pinto 2014

Este año tuve la posibilidad de volver a Córdoba y dar revancha de la carrera del año pasado que la terminé muy acalambrado y exhausto.
Les paso a contar brevemente la experiencia de este año. Llegamos el jueves a la tarde desde BS AS y el viernes hicimos un reconocimiento del circuito. La bajada de las Lajas estaba realmente rota y escarpada, así que ya sabíamos que iba a ser necesario bajar con precaución. Una vez terminada la vuelta de reconocimiento que fue de alrededor de 40km volvimos al hotel en La Falda. Elongación, ducha, cena, un poco de lectura para la facu y al sobre. El sábado fue un día bastante tranquilo donde preparamos las bicis, las limpiamos y las lubricamos un poco. Justo de casualidad a las 8 y media de la noche cuando fui a comprobar la presión de las ruedas me di cuenta de que tenía un tajo en mi cubierta Hutchinson Python. Así que fuimos lo más rápido que pudimos con mis compañeros a la feria que la estaban desarmando y compre una Maxxis Crossmark. Una vez ya arreglada la bici, cenamos y nos fuimos a dormir.
Sonó el despertador a las 7 en punto, desayunamos con el equipo, nos preparamos y todos para la Cumbre. Largué a las 10 en punto ( categoría juvenil, tengo 17 años) con un sol radiante y una linda temperatura. Salí regulando hasta la tranquera donde comienza la bajada, para no ahogarme con todos los competidores que salen a sumamente rápido. La bajada estuvo espectacular, se me dormían los dedos de las vibraciones y de la fuerza con la que apreté el freno. Comento de paso que un momento de la bajada comencé a oler cierto olor a quemado, eran las pastillas de freno nuevas ( pastillas cerámicas para freno formula) que venían lemantando mucha temperatura, de todas maneras frenaron de maravilla. Llegue al primer vado donde todos los competidores se desencharon y pasaron caminando ya que el agua llegaba casi hasta la rodilla. A partir de este vado hasta la subida de San Marcos pude mantener un paso constante apretando tanto como se podía en el llano, y yendo ocasionalmente en pelotón. La subida a San Marcos por suerte la sufrí poco y nada, solo frené dos veces no más de 20 segundos para masajearme un poco la cintura y seguir para arriba. Estaba chocho de no haber tenido ni un calambre en la subida, no como la vez anterior que realmente estaba petrificado de gambas. Una vez terminada la subida, me sorprendió lo roto que estaba la parte de descenso que restaba, pareciéndose en algunos trechos a las rocas amenazantes de la bajada de las Lajas. Siguiendo a mi ritmo llegué a los últimos 12 km con un tiempo de 3h 20, cuando súbitamente veo una fila interminable de ciclistas que caminaba en el barro en fila india, esquivando un árbol caído que interrumpía el sendero. Ahí perdí alrededor de 10 minutos y una vez que me quise subir a la bici, estaba completamente acalambrado. Sorteando las últimas subidas, ya ahora sí cansado y con las piernas muy cargadas, veo el arco de llegada. Cuando me decido a realizar mi sprint final, me paro en los pedales, pasó del plato dos al tres y escucho un crack ... Se me había corrido el descarrilador a 200 metros de la llegada. Finalmente atravesé la meta con 4.15h bajando 20 minutos al año anterior, terminando 35 de 77 en la categoría. El año que viene vuelvo para bajar las 4h. Quiero agradecer a mi familia que me banca tanto en este deporte que no es nada barato y a mis entrenadores Lucas Gaspart y Sergio Carrete. Hasta el año que viene, saludos