seguimos recordando año 1984 para jjsantini
Kwantum-DECOSOL Colnago 1984: Jacques Hanegraaff (PB), 3 participaciones.
El ganador fue Laurent Fignon (París, 12 de agosto de 1960 - París, 31 de agosto de 2010) fue un ciclista profesional francés desde el año 1982 hasta 1993, en los que cosechó ochenta y una victorias.Se ganó el apodo de El profesor ("Le professeur", en francés) a causa de su imagen, con gafas y coleta, en contraste con la dura imagen que ofrecía Bernard Hinault. En el Tour de Francia 1984, Fignon tuvo en frente al gran Bernard Hinault, que había cambiado de equipo aquella temporada. Fignon ganó el Tour de forma brillante, con cinco victorias de etapa y se convirtió en la nueva estrella francesa del ciclismo.
Opinion de seguimos recordando año 1984 para jjsantini
El primer ciclista que recuerdo de chico es justamente a fignon, con el jersey de renault y el casco danes. muy 80s. Gracias por la busqueda, muy bueno el color de la colnago. saludos
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a: jjsantini
te subi la foto de Fignon...
Fignon era unas gafitas redondas de profesor, una coleta rubia, una personalidad rompedora, única, un ciclista que irrumpió, surgido de la nada, en 1983, en los tiempos en los que nunca se era demasiado joven para ganar. Tenía 22 años y, debutante, como Anquetil 26 años antes, como Hinault, seis años antes, ganó el Tour. Corría en el equipo de Hinault, a quien el orgullo y la soberbia llevaron a ganar la Vuelta aun a costa de una lesión que le privó del Tour. Fue un año especial, un año de revelaciones, el año en que resucitó el ciclismo español en el Tour, en el que Perico, otro debutante, se convirtió en el loco del Peyresourde, en el que Arroyo, también de la mano de Echávarri, acabó segundo. El año siguiente Fignon volvió a ganar el Tour un mes después de que en Italia le robaran el Giro en beneficio de Moser. "No solo escamotearon las montañas, también hicieron trampas para que yo no ganara, y eso no lo acepto, nunca lo aceptaré", dijo Fignon en la misma entrevista. "En la contrarreloj de Verona, en la que iba con la maglia rosa, hasta me pusieron el helicóptero delante para molestarme".
Era un corredor atacante, muy fuerte, capaz de andar rápido en todos los terrenos, ni escalador nato ni contrarrelojista puro, como los pedía la época en la que el dopaje de base, que él admitió haber usado, eran las anfetaminas y los corticoides, que encendían la agresividad, no la EPO, que aumenta la resistencia. Era inteligente, un ciclista de carácter. "A veces de mal carácter", recordaba Jean Marie Leblanc, ex director del Tour, una de las múltiples voces que en Francia han reaccionado con tristeza a la muerte de su campeón.
Junto a Cyrille Guimard, un director tan ambicioso como él, tan revolucionario e inconformista, logró una simbiosis perfecta que llevó a ambos a crear una sociedad de gestión, a transformar espectacularmente la forma en que se llevaban los equipos ciclistas. A pesar del triunfo en el Giro del 89, deportivamente, el matrimonio quedó marcado para siempre con la derrota en el Tour del mismo año, por los ocho segundos con los que LeMond le hundió en la última contrarreloj. El divorcio con Guimard fue doloroso e inevitable.
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