Spain is different

Spain is different. Al menos en lo que a reacciones al caso Lance Armstrong se refiere. Mientras los patrocinadores se alejan de él como de la peste, la prensa de su país le dedica severos editoriales y diferentes referentes del ciclismo internacional le piden que confiese, el tejano ha encontrado en las declaraciones procedentes del ciclismo español la indulgencia que ahora le niegan las autoridades deportivas. Manolo Saiz, Alejandro Valverde, Alberto Contador y hasta el habitualmente mudo campeonísimo Miguel Indurain han salido en defensa de quien antes era leyenda y, tras la publicación del demoledor informe de la Usada, ha sido retratado como el más artero de los tramposos. Armstrong ha perdido sus siete victorias en el Tour de Francia, pero, al parecer, conserva sus amigos en el pelotón español.

Dos semanas después del informe que derrocó al mito, ha dado tiempo a unos y a otros para tomar postura ante un escándalo que ha sacudido los cimientos del deporte mundial. Y mientras el vigente campeón del Tour, el británico Bradley Wiggins, ha reclamado a Armstrong que admita las acusaciones, algunos de sus antecesores españoles en el podio de París se han mostrado más comprensivos con el ídolo caído.

Alberto Contador, sancionado por dos años tras dar positivo por clembuterol en 2010, dijo ayer en la presentación del recorrido de la próxima edición del Tour que el que fuera su compañero en el US Postal «ha sido humillado y linchado, le han destruido». El pinteño sostiene además que se le ha condenado sin que haya ninguna prueba contra él.


Indurain cree en Armstrong
Miguel Indurain, pentacampeón de la ronda francesa, tampoco ha dudado en defender la inocencia del excorredor estadounidense. «Creo en su inocencia, ha cumplido todas las normas», aseguró con contundencia el navarro, que se mostró extrañado porque la condena que ha conmocionado al ciclismo mundial se haya basado únicamente en testimonios. A las palabras de Indurain, respondió Johan Bruyneel a través de Twitter: «Grande Miguel. Siempre ha sido un caballero y siempre lo será». Bruyneel era el director deportivo del US Postal en los años en los que la agencia estadounidense asegura que una trama organizada de dopaje se adueñó del equipo.

Más contrastes. Mark Cavendish, británico, exhortaba ayer a Armstrong: «Si has hecho algo, confiesa». Cavendish, según sus propias palabras, hubiera deseado que Armstrong adoptara la misma actitud que David Millar y otros ciclistas que admitieron haberse dopado. A ellos, cree Cavendish, «les importa el deporte» y «arruinan su reputación para que siga adelante, aunque otros se preocupan más de sí mismos».

Muy lejos de la acritud de estas palabras, las de otro español, Alejandro Valverde, que enfatizó que los triunfos en el Tour, Armsrtong «los ha ganado con sus piernas, con su cuerpo, que nadie crea que no los ha sufrido. Para mí son suyos». Valverde fue sancionado en 2010 por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) por su implicación en la Operación Puerto. El Comité Olímpico Italiano (CONI) probó que una de la muestras de sangre intervenidas por la Guardia Civil en aquella investigación correspondían al corredor murciano, lo que llevó al TAS a considerarlo como uno de los clientes de la red ilícita desmantelada entonces.

Alegato de Saiz
De otro de los implicados en esta supuesta trama de dopaje afincada en España, Manolo Saiz, llega una última voz solidaria con Armstrong. El que fuera director deportivo del equipo Liberty Seguros ha recalcado que «ha habido mucho tiempo para tener pruebas físicas y no se han tenido». Saiz prefiere quedarse con que Armstrong «ha sido ejemplo para ayudar a otras personas a superar el cáncer». Queda claro que a Armstrong le quedan muchos y destacados admiradores en España, el país donde residía en los años en los que, según la Usada, el US Postal puso en marcha «el programa de dopaje más sofisticado, profesionalizado y exitoso que el deporte haya conocido en su historia».

DIARIO ABC